Al examinar los núcleos de sedimentos de hace cien años, del Lago
del Central Park de Nueva York, un grupo de científicos ha llegado
a la conclusión de que la incineración de residuos sólidos ha sido
la fuente principal de contaminación por plomo atmosférico en el
área metropolitana de Nueva York (y posiblemente de muchas otras
zonas urbanas durante el siglo XX), más que la gasolina con plomo.
Este descubrimiento contradice la corriente actual de
pensamiento de la comunidad científica y proporciona una nueva
perspectiva del impacto medioambiental que supone quemar residuos
sólidos, según los investigadores de los Estados Unidos.
El estudio, publicado en la revista «Ciencia y Tecnología del
Medio Ambiente», publicación editada por la Sociedad Química
Norteamericana, abarca una serie de trabajos de investigación
realizados de la Universidad de Columbia, el Instituto Politécnico
Rensselaer y el Departamento de Conservación Medioambiental del
Estado de Nueva York.
Aún cuando el uso de gasolina con plomo estuvo en su «período de
máximo uso» entre finales de 1960 y comienzos de los 70, los
sedimentos indican claramente «que estas cargas adicionales de
plomo en la atmósfera influyeron relativamente poco en los niveles
de contaminación, en relación con el total de depósitos de plomo
del lugar», asegura el artículo.
Se demuestra, además que otras actividades potencialmente
contribuyentes a la carga de plomo, incluyendo el quemado de
carbón, el esmaltado y refinamiento de metales, no son tampoco
contaminantes principales.
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