La marca surcoreana ha vuelto a acertar en los cambios que ha introducido en este vehículo en cuanto al motor 1.0 de 100 CV y también en la adopción de nuevos elementos en seguridad

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La marca surcoreana puso a la venta el año 2008 la primera versión del Nuevo Hyundai i20, que ya supuso una clara mejora respecto al Getz, vehículo al que sustituyó. Cuando se comercializó la segunda versión del i20, en el año 2015, poco tenía que ver con la anterior, ya que experimentó grandes cambios respecto al modelo precedente y todos más que positivos. En su momento creció hasta los 4 metros (4.035 mm), con lo que el interior era más amplio y cómodo, pero sobre todo se notó una gran mejora en los acabados, equipamiento y comportamiento en carretera.

Ahora ha llegado un restyling de este modelo, no con grandes cambios, pero sí con mejoras que hacen que este vehículo se mantenga en el punto más alto en cuanto a seguridad y modernidad.

DISEÑO
La estética del i20 ha experimentado algunos cambios importantes, sobre todo en la parte posterior del vehículo. En la de delante los faros no han variado en exceso, aunque sí los faros antiniebla, que ahora son más modernos, de igual manera que la parrilla, aunque no sean muy notorios a simple vista.

Las modificaciones más importantes se encuentran en la parte posterior, ya que las tulipas son de nuevo diseño y se desmarcan bastante de la estética de las anteriores, que se habían quedado un tanto anticuadas y un poco ancladas en el pasado. Los faros de este nueva versión tienen cierto parecido a las que lleva el nuevo Mercedes Clase A, con una iluminación led muy interesante. Son la guinda del pastel. Las llantas de aleación también son de lo más acertadas.

MOTOR
En cuanto al motor, en 2015 tuvimos la oportunidad de probar el 1.4 MPI de gasolina, que era el último vestigio de las versiones anteriores y que se ha extinguido totalmente en este nuevo restyling. En esta ocasión hemos probado el Hyundai i20 con motor 1.0 T-GDI 100 CV y cambio de doble embrague, novedad en este restyling y que ha sido desarrollado íntegramente por la compañía surcoreana. Hay una versión más baja atmosférica de 75 CV que se queda muy corta y consume más.

Este propulsor de gasolina tricilíndrico genera la suficiente potencia y par para moverse por ciudad con toda la facilidad, así como para salir a la carretera sin pasar apuros. Desarrolla 171 Nm desde las 1.500 y hasta las 4.000 rpm y rinde 100 CV a 4.500 vueltas.

Las prestaciones son muy lineales, aunque se maneja mejor en revoluciones altas (a partir de las 3.500 vueltas hasta las 5.000, que es donde rinde de verdad. Los 188 Km/h o los 10,7 segundos que tarda para acelerar de 0 a 100 Km/h muestran bien a las claras que se trata de un vehículo dinámico, sin ser deportivo en absoluto.

El consumo de 4’8 litros a los 100 kilómetros que anuncia la marca nosotros sólo los hemos subido hasta cerca de los 6, que es una cifra también bastante buena.

El comportamiento en carretera ha sido una de las grandes sorpresas positivas del vehículo, ya que se ha elegido una configuración más bien dura, que no penaliza la comodidad interior y que mantiene al vehículo en la trazada en prácticamente cualquier circunstancia. En las curvas no tiene tendencia a subvirar ni a sobrevirar en ningún momento, lo que lo hace un automóvil rutero de lo más interesante.

El interior del nuevo i20 cuenta con unas calidades bastante buenas, usando tejidos de calidad y con un aspecto visual bastante mejorado que confiere una mayor categoría al vehículo.

La tecnología que se ha utilizado para el nuevo i20 se parece bastante a la usada por Volkswagen en algunos de sus modelos, lo cual favorece mucho la seguridad de los ocupantes, que al final es lo que se agradece para circular con la mayor tranquilidad posible en carretera.