El diseño combina perfectamente el aspecto auténtico de los todoterrenos de la marca con toques de modernidad. | M. À. Cañellas

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No hay duda de que sólo con ver el nuevo Renegade nos recuerda a los míticos modelos de la marca americana, aunque se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos para conseguir un modelo SUV de pequeñas dimensiones, con aspecto robusto y auténtico.

Este nuevo modelo se basa en el Fiat 500L, aunque se le ha conferido este plus de vehículo todo terreno que ha caracterizado desde siempre a la marca y que en este caso se ha combinado de manera muy interesante, con lo que se ha conseguido un producto atractivo, práctico y muy versátil, una grata sorpresa.

Estéticamente, la parte delantera se caracteriza por su gran parecido al frontal del mítico Wrangler, aunque con algunas pequeñas «grandes» mejoras, entre las que destacan una parrilla metálica de grandes dimensiones, los faldones anteriores con parrilla en forma de nido de abeja o los faros de xenón, que en este caso forman parte del Pack Visibility y que equipaba la unidad que hemos probado.

La parte posterior también se caracteriza por tener la forma clásica de un todoterreno, aunque con algunos detalles de lo más interesantes, como son los faros, en los que se combina de forma original, en forma de aspa, los colores rojo y blanco. La línea en sí del modelo es también más bien clásica.

MOTOR
El propulsor que llevaba el modelo que hemos probado es el 1.6 Multijet de 120 CV, que nos ha sorprendido prácticamente en todos los aspectos. En cuanto a la aceleración, el motor sube muy bien de vueltas desde el principio, lo cual se agradece, y no penaliza prácticamente nada el aspecto voluminoso del vehículo. 10’2 segundos para pasar de 0 a 100 Km/h es una cifra muy meritoria en un SUV de estas características.

En la recuperación tal vez es donde el Renegade se muestra un poco más perezoso, aunque sube bien de vueltas con relativa facilidad. Si cambiamos de marcha rigiéndonos con las «instrucciones» del coche que nos indica mediante el shift, los cambios se hacen a bajas vueltas, con lo que el consumo se reduce.

En cuanto a este último aspecto, hay mucha diferencia entre lo que gasta el vehículo por ciudad y por carretera, hasta el punto de poder llegar a cuadruplicar el consumo en un uso urbano, y si se lleva a cabo un uso mixto del mismo, el gasto es bastante ajustado. El comportamiento del Renegade en carretera es muy interesante, ya que se trata de un vehículo con una estabilidad lograda, aunque en las curvas más o menos cerradas el coche tiende a balancearse demasiado, sobre todo si se traza a velocidad elevada. Eso sí, es fácil devolverlo al rumbo deseado.

INTERIOR
El interior del vehículo ha sido otra de las sorpresas agradables del nuevo Jeep, ya que las calidades son muy buenas, con poco plástico duro. Se ha optado por plásticos blandos, telas, etc., que a la larga ofrecen un mejor resultado. El espacio disponible tampoco decepciona en absoluto.


El equipamiento de la unidad probada era más que completo, con detalles que nos han gustado mucho, como la pantalla táctil central (quizá un poco pequeña) y la gran pantalla a color que se encuentra en el marcador, que recuerda mucho a la que lleva el Nissan Qashqai, y que le da un toque acentuado de modernidad y calidad, que es lo que la gente busca en un vehículo como éste.