Algunos ganaderos optaron por regar las fincas de pastos para poder alimentar sus rebaños, una opción que no solventa la situación de falta de precipitaciones. | R.P.F.

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Las malas previsiones que pronosticaban las organizaciones agrarias en diciembre se están cumpliendo. Después que el último trimestre de 2023 fuera extremadamente seco, las escasas lluvias que han caído entre enero y marzo en el Pla y el Migjorn están afectando de lleno los campos de cereal y pastos. Así lo confirma el presidente de Asaja, Joan Company, que estima que habrá muchas explotaciones agrarias cerealísticas y ganaderos que van a perder gran parte de la cosecha.

Porque, añade Company, a la falta de precipitaciones hay que añadir las elevadas temperaturas que se han registrado este primer trimestre «entre 2 y 3 grados superiores a las del año pasado», ello a provocado que el estrés hídrico de la tierra se acentúe y, si a ello, «añadimos los cálidos vientos procedentes del Sáhara de las últimas semanas, ha provocado que los campos que todavía mantenían algunos pastos se hayan secado», añade el responsable de la organización agraria.

Pese a ello, Company asegura que esta situación no se da de forma regular en toda la Isla. «En Menut (Escorca) el pasado mes de marzo se registraron 143 litros y en enero 196, una cantidad que nada tiene que ver con las que se han dando en otros puntos de la comarca del Migjorn», explica. Y es que precisamente las zonas del Pla de Mallorca y del Migjorn son las más afectadas por este episodio de sequía.

«Hace semanas que somos conscientes que los campos de pastos los podemos dar por perdidos, el problema radica ahora también en las plantaciones de cereales y leguminosas -fuente importante también para el sector ganadero- que están a punto de espigar, si no llueve en las próximas semanas tendremos graves problemas», alerta. La combinación de elevadas temperaturas, junto a viento cálido y falta de precipitaciones ha llevado también en que entre el sector cerealista surja el miedo por la aparición de hongos.

«En algunos campos ya hay presencia de rovell, lo que hay gran preocupación ya que en verano no habrá cereal, solo paja», asegura Company. La preocupación en el sector ganadero es patente desde hace meses pero se va agravando a medida que pasan las semanas ya que las previsiones es que este verano de no contar con comida propia para sus rebaños supone «tener que comprar la comida con el consecuente incremento de los precios que también se esperan», comenta uno de los ganaderos afectados del Migjorn.

Cambio climático

Los episodios de sequía agrícola que se están dando en los últimos años en Balears han provocado que dentro del propio sector se reclamen no solo medidas concretas para ‘salvar’ la campaña de un año, «sino que debe haber un debate serio sobre las consecuencias del cambio climático y qué opciones hay que plantearse», añade Joan Company.

En este sentido, el presidente de Asaja plantea que debe haber un «cambio estructural» en el sector para abordar las medidas que pueden darse en cada caso concreto. «No es cuestión solo de una ayuda para este año, que sabemos que la Conselleria d’Agricultura trabaja en ello, sino como hay que replantear los cultivos, variedades, etc...», añade.

Company deja claro que tanto ganaderos como cerealistas se han convertido en los «jardineros» de gran parte del paisaje de Mallorca, por lo que este tipo de actividad agraria es fundamental no solo como sector primario sino también para preservar la imagen de la isla.