La iglesia fue desacralizada entre los años 2017 y 2018 y retornada a la propiedad originaria. | L.O.

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Mahuya, el colectivo para la preservación del patrimonio cultural de Santa Maria del Camí exige al Bisbat que devuelva los bienes muebles que se llevó de la antigua iglesia de la Mare de Déu de la Soledat, también conocida como la dels Mínims. Se trata de una petición que ya hizo el Ajuntament hace unos años y que el consistorio todavía mantiene.

El hecho es que la iglesia fue desacralizada entre los años 2017 y 2018 y retornada a la propiedad originaria, que es la familia Conrado. En ese proceso, el Bisbat se llevó seis bienes de «gran valor histórico y vinculados de manera indisoluble a la iglesia dels Mínims y a la restauración hecha por Marian Conrado», defienden desde Mahuya.

Se trata de seis pinturas, imágenes y tallas. En concreto, una pintura de la Sagrada Família, de Faust Morell; una talla de Sant Francesc de Paula; una pintura de Santa Isabel d’Hongria de Ricard Anckermann; una talla del Sant Crist de l’antic gremi dels sabaters de Palma; las custodias— que es la pieza de oro, u otro metal precioso, donde se coloca la hostia—; y una imagen de la Virgen con el niño Jesús.

Aunque estos bienes son propiedad del Bisbat, tanto el Ajuntament como Mahuya considera que estos se deben ubicar en su lugar original: la iglesia de la Mare de Déu de la Soledat. «La descontextualización de estos elementos, colocados en sitios que no tienen nada en ver con su historia, no pensamos que esté justificado», sentencian desde Mahuya. Por contra, el vicario de Patrimoni del Bisbat, Xisco Vicens, explicó ayer que estas piezas fueron donaciones que se hicieron para vestir la iglesia, por lo que es la institución religiosa quien tiene «la obligación de salvaguardar su custodia».

En esa línea, el vicario explicó este viernes que el traslado de los bienes —que se hizo con el permiso de la propiedad del inmueble— se debe a la intención de la Iglesia es «priorizar su conservación y uso, antes que su degradación». Precisamente, Vicens aprovechó para recordar que la antigua iglesia está actualmente abandonada por lo que «dejar allí los bienes, iría en contra de la conservación de este patrimonio».

De hecho, según el vicario, el Consell catalogó y vinculo al edificio algunos de los bienes, pero no de los que se hablan ahora. Además, destacó que hay algunos de los elementos han sido trasladados a la Parròquia de Santa Maria y que no han sido sacados del pueblo. El resto, están en proceso de restauración, añadió.