Miquel Canals, Joan Riera, Bernat Castell, Joan Canals y Tomeu Balle.

TW
9

Hubo una época en la que los mejores cortadores de pinos del país eran mallorquines. De Bunyola, para ser más exactos. Una década prodigiosa en la que los campeonatos o concursos nacionales de talar troncos viajaban hacia la Isla año tras año, de manera para muchos sorprendente pero inconestable a la vez. Y la fama de estos hombres crecidos a la vera de un marco incomparable como Sa Comuna trascendió más allá de su hábitat e incluso llegó al otro lado del Atlántico. Toda esta historia fue recogida y plasmada por Biel Mateu Batle y protagonizó en su día las Jornades d'Estudis Locals de Bunyola.

Todos tienen en mente la figura de los 'aizkolaris', definidos por la RAE como el «deportista que toma parte en las competiciones consistentes en cortar con hacha troncos de árbol». Pero más allá de su tradicional radio de acción del País Vasco o Navarra, en Mallorca creció una generación que marcó una época, que hizo de su oficio y de su forma de vida un motivo de orgullo para Bunyola, aunque había otros de localidades como Santanyí, por ejemplo.

Joan Verdera 'Joana', primer clasificado en el concurso nacional del año 1954.

La tradición de cortar pinos hacha en mano se ha perdido en el tiempo, pero en Bunyola la madera de pino sigue siendo un bien abundante, a la vez que preciado y preservado en un espacio de referencia como Sa Comuna. Estos 'aizkolaris' mallorquines destacaron sobre el resto por ofrecer y plantear un estilo especial en las competiciones, cortando el pino a ras de tierra, para aprovechar el máximo de leña posible.

Miquel Canals, el mejor en el concurso de 1956.

El prestigio acumulado con el paso de los años y por el eco de los resultados logrados en las competiciones por los cortadores de pino 'bunyolins' les llevó a trabajar en otros rincones de España, e incluso fuera del país, yendo a otros países europeos, como Francia, e incluso a África y América, teniendo constancia de su presencia en Sao Paulo (Brasil). «Nosotros sólo hacíamos lo que sabíamos hacer», comentaban en su día los protagonistas de esta pequeña gran gesta.

Tomeu Balle, primer clasificado en el año 1958.

Y es que en la década de los 50 del siglo pasado, hasta cinco parejas destacaron en el campeonato nacional de cortar troncos del Frente de Juventudes, con cuatro primeros puestos y un segundo, dentro del certamen de Tronco Libre. Los que mostraron el camino fueron Joan Verdera 'Joana' y Rafel Cànoves (Santanyi), que en 1954 lograron la primera posición en Navarra.

Bernat Castell, primero en la edición del concurso nacional de 1956.

Un año después, en 1955 pero en Soria, repitió Verdera, aunque formando tándem con Joan Riera 'Porret' (hijo) para ser segundos clasificados, recuperando la hegemonía y el título en 1956 en la competición celebarada en Segovia. Allí, Bernat Castell 'Xinga' y Miquel Canals 'Moro' fueron los mejores del país, superando a los grandes especialistas y añadiendo su nombre a esta singular historia.

Joan Verdera y Joan Riera, segundos en la edición de 1955.

El guión se repitió en 1957, en Valladolid en esta ocasión, dejando a Rafel Suau 'Raxón' y Joan Canals 'Moro' como nuevos referentes, cerrando la lista y la década prodigiosa de los cortadores de pino de Bunyola Tomeu Balle 'Montserrat' y Biel Batle 'Guitarro', campeones nacionales en San Sebastián, en 1958. Un triunfo con doble valor, en territorio 'enemigo' y ante muchos maestros en la materia, rendidos ante la evidente superioridad de estos prodigiosos mallorquines que lograron ensombrecer a los legendarios 'aizkolaris' del norte de España.