Al cierre de esta edición no se habían registrado incidentes en una noche de marcha multitudinaria. | Pere Bota

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Tras el parón obligado por la pandemia, el Dimecres Bo del año pasado siguió con la estela que había dejado el de 2019, con una clara tendencia al alza de la noche de la revetla del Dijous Bo gracias a que ya se puede visitar la feria en prácticamente su totalidad, a la oferta de cellers y restaurantes, así como el ocio nocturno que cada vez comienza más pronto.

Desde primera hora de la tarde de este miércoles ya se ha podido comprobar que el Dimecres Bo ha ganado mucho terreno al Dijous Bo en lo relacionado a atraer visitantes. Los restaurantes han acogido un gran número de almuerzos, muchos ellos de empleados que durante estos dos días estarán al pie del cañon en la feria, y después se han preparado para el servicio de la noche. La mayoría de cellers y restaurantes de Inca funcionan con reservas, que estos días ya estaban prácticamente agotadas, aunque hay otros, como el celler Ca’n Marron, que optan por no guardar sitio y la ocupación de las mesas va rotando de forma ágil y sin demasiadas esperas.

Este almuerzo ha ganado muchos adeptos en las últimas ediciones, a excepción del periodo de la pandemia, y este año se han incorporado las reuniones que sirven ya de comida o cena de empresa, adelantándose así a las que habitualmente se celebran al llegar la época navideña. Varios restaurantes de Inca han confirmado esta tendencia, más seguida a la hora del almuerzo que por la noche.

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Por lo que respecta a la oferta culinaria, los cellers han seguido ofreciendo una variada cocina mallorquina con algunas especialidaes según el establecimiento. En la última década la capital del Raiguer ha crecido en cuanto a variedad y calidad de otras cocinas y también se han incorporado al Dimecres Bo con gran éxito. Es el caso de la gastronomía asiática, americana o india. Por otra parte, los puestos de venta ambulantes de hamburguesas y perritos también registran unos buenos números, aunque hay quien aprovecha para hacer el agosto con precios desproporcionados con la excusa de tener carnes asadas y paellas.

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A la misma hora que los comensales estaban saliendo del almuerzo, la zona de bares y pubs se han ido llenando de público joven, y no tan joven, para disfrutar de un tardeo que dará paso a la marcha nocturna. Los locales de la calle del Born y de s’Àngel aglutinan buena parte de la marcha. El interior de los establecimientos presenta un llenazo esta noche de miércoles, de la misma forma que el exterior, con las barras para servir bebidas a pleno rendimiento. Los bares de ocio nocturno tienen permiso para abrir hasta las cinco de la madrugada, para dar tiempo a los expositores que se sitúan en las mismas calles para montar sus puestos para la jornada del Dijous Bo.

Al cierre de esta edición no se habían registrado incidentes en una noche de marcha multitudinaria. Al gran dispositivo con más de 200 efectivos de Policía Local, Guardia Civil, Protección Civil y seguridad privada hay que añadir las tres ambulancias en servicio. Además desde Serveis Ferroviaris de Mallorca se han dispuesto horarios especiales que ayudan a quien haya querido alargar la noche sin correr peligro, con trenes hasta Palma, sa Pobla y Manacor hasta las cinco de la mañana.