Diáspora etílica. Cada día son centenares los jóvenes turistas que, desde Magaluf, se dispersan por varios puntos de Mallorca para poder tomar parte en todo tipo de fiestas, sin las limitaciones que provoca la Ley de Excesos. Una de las consecuencias se deja ver en la playa, sin apenas bañistas. | Jaime Mora

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Las imágenes fueron viralizadas hace quince días por la Asociación de Vecinos del Paseo Marítimo de Palma. Dos turistas se lanzaban al mar -en una «peligrosa y lamentable» escena- desde el muelle de las golondrinas, tras haber tomado parte en una de las muchas ‘party boats’ que a diario tienen salida y llegada en la capital balear.

Muchos de esos jóvenes vienen desde Magaluf, donde la Ley de Excesos ha prohibido algunas actividades que, en cambio, se desarrollan en otros puntos de la isla. Algún hotel de Santa Ponça capta a estos británicos -en su mayoría- ávidos de fiesta, organizando unas ‘pool parties’ que también están prohibidas en buena parte de Magaluf.

Un usuario de Instagram publicaba días atrás la imagen de docenas de turistas haciendo cola frente a los autocares que cada mañana los trasladan a esos puntos en los que los jóvenes sí pueden disfrutar de una fiesta ‘sin límites’, con grandes dosis de alcohol durante toda la jornada. El resultado -como ya publicó este diario semanas atrás- es el de una playa prácticamente vacía en plena temporada alta.

Los propios empresarios de Magaluf denuncian una situación que definen como «injusta». Y, aunque la mayoría aplaude algunos aspectos de la Ley de Excesos, también definen como «perversa» la zonificación que la norma autonómica conlleva, y que ahora castiga a la localidad calvianera sin atajar el problema de raíz: Magaluf se ‘vacía’ durante el día, mientras sus turistas se emborrachan en otras zonas de Mallorca. «Después muchos ya no salen ni de su habitación -subraya uno de esos empresarios-, y si lo hacen es en un estado de embriaguez que solo puede generar problemas», explican. Mientras tanto, la temporada avanza y los números no salen tal como estaba previsto hace algunos meses.

Enfado

La fuga de turistas ha venido a complicar, más si cabe, un verano que -dicen desde la oferta asociada- no ha respondido a las expectativas generadas. Lamentan desde Magaluf que siga puesta la presión de la administración sobre bares y discotecas, algunas de las cuales ya se ha visto obligada a ir reduciendo su plantilla con todo el mes de agosto por delante. Todo, mientras la propia Ley de Excesos impulsada por el anterior Govern deja a Magaluf en una situación desigual respecto a otros puntos de la isla a la hora de ofrecer una alternativa de ocio a los jóvenes turistas.