Imagen de la suelta de tortugas en es Trenc. | Gori Vicens

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Boira, Turti, Nemo, Vima y Kuyoc son cincos tortugas que desde este viernes vuelven a nadar, libres, por la costa mallorquina. Su suelta coincidió con el Día Mundial de las Tortugas Marinas, que se celebra el 16 de junio. Son uno de los animales más amenazados del planeta y a su vez uno de los más longevos. De ahí la importancia de velar por ellos y que la ciudadanía tenga conciencia de su salvaguarda.

Estas cinco tortugas han estado diferente tiempo al cuidado de los técnicos y voluntarios de la Fundación Palma Aquarium, entidad que acoge a las enfermas o heridas, tras el aviso de los ciudadanos que las encuentran en el mar o en la costa con diferentes patologías. Allí son debidamente tratadas. Las más comunes aparecen enredadas o han ingerido plásticos. Pero también las hay que han sufrido un choque térmico por un cambio brusco de temperatura, como ocurrió a finales de febrero pasado, o también por síntomas de descompresión.

Escolares

Todas estas explicaciones fueron atentamente escuchadas por un grupo de escolares del colegio de la Colònia de Sant Jordi que participaron de la suelta y de unos talleres impartidos por los técnicos de la Fundación a pie de playa, en Es Marquès, en el Parc Natural des Trenc-Salobrar de Campos. El director general d’Espais Naturals i Biodiversitat, Llorenç Mas, incidió en la importancia de llamar al 112 (emergencias) en caso de encontrar una tortuga y desde este servicio pondrán todo el dispositivo el marcha y darán al requirente las indicaciones oportunas.

De hecho, sobre el arenal, los escolares, siguiendo las instrucciones de los monitores, hicieron un taller práctico con todos los pasos a seguir para que la tortuga pueda ser rescatada y tratada en condiciones. El peso de las tortugas soltadas este viernes es muy diferente; oscila entre los tres kilos la más pequeña y los 40 de la más grande y longeva.

Algunos escolares, acompañados de los técnicos y políticos (del Govern y del Ajuntament de ses Salines) fueron los encargados de ayudar a las tortugas a hacerse a la mar. Para la mayoría de los chicos fue una experiencia enriquecedora e inolvidable, al igual que para los numerosos bañistas «des Trenc» que se acercaron para contemplar la escena.