Albaricoques dañados por las lluvias.

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Las intensas lluvias registradas durante más de cuatro días seguidos en el Pla de Mallorca han encendido las alarmas en el campo mallorquín. Porreres ha sido uno de los núcleos más afectados donde se han llegado a registrar hasta 90 litros por metro cuadrado. Una situación poco habitual y aún más inusual iniciado ya el mes de junio, y por tanto, con la temporada de albaricoques empezada y a puto de iniciar la del cereal.

«Lo que más nos preocupa es el cereal. Ya tendríamos que empezar a recogerlo y ahora, con la tierra llena de agua tendremos que retrasar la recogida», explica Esperança Mora, gerente de la Cooperativa Agrícola de Porreres. Además, «otra cosa que nos inquieta es la proliferación de hongos a causa de la humedad y el calor que se han dado en estos días», añade. Las inundaciones también suponen que «los tractores no puedan entrar a la tierra para controlar este moho, lo que no nos permite controlar la situación», matiza Mora.

Todas estas consecuencias provocarán previsiblemente una importante reducción de la producción de cereal, que normalmente se situaba entre las 80 y 100 toneladas, «aunque hasta que hayamos tenido unos días secos no podremos saber el alcance de estas lluvias». La humedad que presenta el grano de trigo obligarán a su secado antes de su comercialización.

Albaricoques

Por otra parte, los albaricoques, que se encuentran en plena campaña de recolección, también se han visto dañados por las lluvias pese a que «como tenemos frutales situados en diferentes puntos del municipio hay algunas zonas no afectadas que nos permitirán salvar la temporada», explica Esperança Mora. Aunque las previsiones se verán un poco alteradas «por los factores atmosféricos inesperados». Las zonas más productivas, como Son Valls o s’Olivar, también han sido las más afectadas.

«Lamentablemente el payés que solo tenga plantación en uno de los lugares inundados será el gran perjudicado», lamenta Mora. Desde que empezaron las lluvias los albaricoques de zonas inundadas no se han podido recoger y se perderán, lo que implicará una reducción de los kilos recogidos a final de temporada «aunque a escala global las consecuencias no habrán sido muy graves para el sector», matiza Mora. La parte positiva de estas lluvias se verá a largo plazo: «con esta agua los árboles estarán rehidratados y aseguramos la temporada que viene», sentencia Mora.