Imagen de archivo de un macrobotellón.

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A punto de finalizar el año académico el desmadre de los viajes de fin de curso vuelve a ser una de las principales preocupaciones de la Policía Local de Llucmajor y el Ajuntament. Con la intención de controlar los efectos indeseados de estas visitas y los problemas de convivencia, ruido y caos, la Policía Local ha preparado un refuerzo especial para este verano. Una de las medidas principales será el control de los accesos de la playa de s'Arenal, una de las más afectadas por los excesos.

Para ello, del 9 de junio al 7 de julio se acotaran las entradas a la playa a partir de las 21 horas. La Policía instalará una serie de vallas que controlan el acceso a la arena y que conducirán a las personas a una entrada única. De esta manera se pretende poder controlar a todos los usuarios que quieran acceder por la noche a la playa y vigilar que no se entren ni botellas de alcohol ni elementos peligrosos así como cuchillos o cristales.

El botellón, las fiestas en la calle y el descontrol son un problema que acarrea el municipio desde que s'Arenal se ha convertido en epicentro de llegada de miles de estudiantes de todos los rincones de la geografía española para iniciar sus vacaciones de verano. Un hecho que ya ha provocado en reiteradas ocasiones el malestar de vecinos.

Para evitar que situaciones como la que el año pasado se produjeron en la zona, este año, las medidas de la campaña de seguridad de verano se acentuarán. A esta decisión hay que sumar otros refuerzos a que también contribuirán a una mayor vigilancia de la zona de s'Arenal así como más efectivos, vehículos, tanto camuflados como oficiales, y servicios. De hecho, los agentes de otras áreas así como menores o los agentes especializados en educación viaria se unirán a la vigilancia y servicios de la zona de s'Arenal para «garantizar la convivencia entre residencia y actividad estival», tal y cómo explicó el jefe de la Policía Local de la localidad.

Además de los viajes de estudios, la Policía Local también centrará su vigilancia en el control de las ordenanzas municipales en primera línea y zona hotelera, control de tráfico y otros aspectos como venta ambulante o la venta de alcohol a menores.

Antecedentes

La situación de descontrol y excesos se repite año tras año con la llegada de miles de estudiantes que realizan su viaje de fin de curso. Esta situación provoca las quejas de los vecinos que ven perturbada su normalidad durante unas semanas. Oleadas de estudiantes invaden las calles desde primera línea hasta llegar al párking del Aqualand. Estas oleadas implican tener muchos menores bebiendo alcohol en la vía pública hasta bien entrada la madrugada.