Los expertos trabajando en los pozos. | Juanjo Roig

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Hace unas semanas las obras de canalización hidráulica en la calle Rector Rayó de Inca desvelaron la presencia de un pozo de unos dos metros de altura con numerosos restos cerámicos de origen islámico. Los trabajos han ido continuando y ahora el Ajuntament se ha visto obligado a detener las obras porque los arqueólogos han localizado, como mínimo, ocho pozos distribuidos a lo largo de esta céntrica vía.

Los arqueólogos Magdalena Sastre y Raúl Guardiola se encargarán de ir destapando todos estos puntos para extraer la cerámica que muy probablemente contengan estos supuestos vertederos que quedaron sellados con el paso del tiempo. El pasado viernes se encontraban concluyendo la inspección de un pozo de unos tres metros de profundidad del que habían extraído unos quince kilos de cerámica.

«Debemos trabajar con agilidad porque las obras permanecen detenidas hasta que hayamos podido acceder a los pozos localizados, si es que no encontramos más», explica Magdalena Sastre. De hecho ampliarán el equipo con otra arqueóloga más y priorizarán su trabajo en la calle Rector Rayó «para evitar mayores molestias a los vecinos y al celler Can Marron», explica Sastre. Como ocurre en este tipo de hallazgos, el departamento de Patrimoni del Consell de Mallorca fue informado y tras los trabajos a pie de calle finalicen, los arqueólogos proseguirán con una ardua tarea de identificación y clasificación.

Decoración

El proceso que siguen los arqueólogos consiste en ir destapando uno a uno los pozos y sacar la cerámica que se encuentre en su interior para retirarla. «De momento la vamos guardando y luego comenzará la clasificación de todos los fragmentos, uno a uno, que serán depositados en el fondo del Museu de Mallorca», indica Magdalena Sastre. Desde el Ajuntament d’Inca se proporcionará un lugar adecuado al equipo de arqueólogos para que pueda desarrollar esta tarea de limpieza e inventariado en la misma ciudad.

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En cuanto a las características de la cerámica, mucha de ella decorada, que se ha encontrado de momento en los tres pozos ya excavados (dos de grandes dimensiones y otro más pequeño) destaca «estar fragmentada como ocurre cuando se localizan en vertederos como estos, pero también es curioso que solemos encontrar restos óseos y de otro tipo de residuos que aquí ha sido testimonial», relata Magdalena Sastre. También se ha encontrado cerámica que, en una primera inspección, «sospechamos que puede datarse en el siglo XVIII».​

Además de los pozos ya señalados en la calle Rector Rayó, Sastre manifiesta que «no sería nada extraño localizar algunos más cuando se llevan a cabo las acometidas hacia los edificios». Por otra parte, el proyecto global afecta también a la calle de l’Om, con el objetivo de abrir la calle de Na Ferrilla y realizar una apertura de esta zona hacia la plaza del Mercat Cobert. Las obras en la calle de l’Om no se han iniciado porque los arqueólogos han encontrado ya otras dos concentraciones de cerámica que tendrán que ser extraídas una vez las obras comiencen en esta vía.

La localización de cerámica en el barrio de Sant Francesc de Inca ha sido frecuente a lo largo de los últimos años. De hecho, en la calle del Gerrers, donde antiguamente se concentraban los alfareros, se encontraron en 2016 varios pozos con cerámica de diferentes épocas. Está constatada la existencia de una cofradía de ‘Gerrers, Ollers i Teulers’ sobre el año 1580 que albergaba hasta 31 hornos que eran conocidos por abastecer de cerámica a la mitad de Mallorca.

Era habitual crear pozos a modo de vertedero donde se depositaba la cerámica rota y posteriormente se sellaba con losas.