Bárbara, antigua sacristana de la iglesia del Port de Sóller, y Marisé Pourteau, una de las más fieles feligresas de la parroquia, frente a la imagen de Jesús de Medinaceli.

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La iglesia del Port de Sóller guarda en su interior el recuerdo de una historia de amor casi de película que tuvo como destino final Mallorca. Producto de una promesa de un oficial de la Marina Española, a punto de morir ahogado hace 80 años, se erige la imagen de Jesús de Medinaceli. La, a primera vista, simple figura no solo esconde un pasado digno de ser contado, sino que, además, dio origen a la tradicional processó dels Silencis por las calles de la localidad, que se celebra cada primer viernes de marzo desde esa misma parroquia.

Corrían los tormentosos años 30 en España. En pleno contexto bélico, el marino embarcó en un buque, mientras que su mujer, embarazada, y su familia huyeron a Francia. El hombre, a punto estuvo de morir ahogado en un incidente marítimo y, fiel como era, prometió al Cristo de Medinaceli que extendería su devoción si sobrevivía. Pese a la multitud de calamidades a las que hizo frente, logró salvar la vida. Sin embargo, perdió durante años toda comunicación con su familia. Su mujer, en el país galo, en todo ese tiempo desconoció si su marido estaba vivo o muerto. Finalmente, el hombre pudo contactar con ella y ambos se reunieron en Pama. En Ciutat se asentaron y la mujer le hizo jurar que, tras todo el periplo, se quedarían el resto de sus vidas en Mallorca y no se separarían el uno del otro. Así fue. En la que se convirtió en su isla de acogida arraigaron raíces, que trascendieron a sus hijos, hasta el punto que algunos de ellos han estado muy implicados en movimientos sociales de carácter local.

El origen de una tradición en el Port de Sóller

El hombre también cumplió su palabra a Jesús de Medinaceli. En 1945 trajo hasta la iglesia del Port de Sóller una copia de la imagen original del Santo, ubicada en Madrid y de gran popularidad entre los cristianos. Fue bendecida el 2 de marzo de ese mismo año por Mn. Joan Sueca y aglutinó de inmediato la veneración de los fieles. En 1960, Mn. Josep Morey, Josep Mª Munar, Eugeni Quirós y otros 42 frares más fundaron la Cofraria de Jesús de Natzaret para celebrar la Semana Santa en la localidad, ya que para disfrutar de procesiones de Semana Santa los habitantes del Port tenían que trasladarse a Sóller. Medio siglo después, continúan con las procesiones, además de su particular celebración cada primer viernes de marzo, festividad del Cristo de Medinaceli, fecha en la que realizan la llamada processó del Silenci, portando la imagen por las calles del barrio de los pescadores.

SOLLER. FIESTAS RELIGIOSAS. NUEVE DE LAS ONCE COFRADIAS DE SOLLER LUCIRAN LAZO BLANCO
Procesión de la Cofraria de Jesús de Natzaret en el Puerto de Sóller en 2009. Foto: M. Joy.

SOLLER - COFRADIA DE NAZARET.

El tiempo que diluyó el origen de la celebración pasó factura a la imagen, en un estado de desgaste notable en los últimos años, a los que varios feligreses, encabezados por el sacristán Pepe Munar y el párroco don Eugenio, han decidido poner fin, recurriendo a la ayuda de profesionales de la Isla. La Marmolería Bautista de La Vileta (Palma) elaboró un nuevo pedestal de piedra sobre el que colocar la figura y la familia del marino donó un tapiz para decorar el espacio en el que se encuentra, herencia de sus antepasados de la Real Fábrica de Tapices. La imagen de Jesús de Medinaceli adquiere así de nuevo el encanto perdido, justo a tiempo para su celebración de la ya tradicional fiesta en el Port de Sóller del primer viernes de marzo.