Zona de carga del puerto comercial de Alcúdia y la vieja central Alcanada. | Lola Olmo

TW
7

El futuro desmantelamiento de es Murterar tendrá notables repercusiones económicas, sociales, laborales y medioambientales en Alcúdia y en los municipios que tienen relación con la central térmica de carbón. El Gobierno estatal y el Govern de les Illes Balears ya trabajan sobre la reconversión de la zona. Entre las ideas que plantea el Convenio de Transición Justa (CTJ) destacan la construcción de una planta de hidrógeno verde y sus infraestructuras asociadas –parques fotovoltaicos, conducciones e hidrolineras–, sistemas de energía eólica marina, la descontaminación de los terrenos de la antigua central de Alcanada e inversiones en la industria agroalimentaria, entre otras iniciativas.

Municipios afectados

En total, supone una inversión de 17,3 millones del Fondo de Transición Justa Europeo destinados a la creación de nuevas actividades económicas prioritariamente en 13 municipios de Mallorca: Alcúdia, Alaró, Ariany, Búger, Campanet, Consell, Lloseta, Llubí, Mancor de la Vall, Maria de la Salut, Muro, Pollença y Selva. Tras una negociación directa con la Comisión Europea, esta parte de Mallorca ha sido añadida a las ocho provincias de España que recibirán estos fondos por ser las más afectadas por el cierre de minas de carbón y desmantelamiento de centrales de carbón: Asturias, A Coruña, León, Palencia, Teruel, Córdoba, Cádiz y Almería. El objetivo es alcanzar la neutralidad climática en Europa para 2050.

Los proyectos que se propongan para ofrecer nuevos nichos de empleo y compensar los más de 245 que se estima que se perderán con el cierre definitivo de es Murterar, tienen que ser sostenible y cumplir con la neutralidad climática que se pretende lograr con este proceso de transición energética. Así, la Comissió de Medi Ambient de les Illes Balears (CMAIB) llevará este plan de Transición Justa a pleno en noviembre, pero ya se ha pronunciado en la consulta que ha recibido del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD). En su informe, la CMAIB señala que «el programa va a tener unos impactos positivos sobre el medio ambiente y la sociedad; las actuaciones planteadas contribuirán a mejorar la calidad del aire, a mitigar el cambio climático, a la transición energética, a la creación de puestos de trabajo y a la diversificación hacia una economía verde y azul en la zona».   

El presidente de la CMAIB, Antoni Alorda, reconoce que el órgano consultivo sería favorable a esta transición si sus proyectos superan las futuras evaluaciones ambientales. «Aportamos propuestas para que la reconversión sea efectivamente sostenible, no solo un cambio de energía, sino depender menos de ella y contribuir a la recuperación frente a los efectos del cambio climático». En este sentido, la CMAIB propone la prolongación del tren hasta Alcúdia e inversiones en el Parc Natural de s’Albufera y en la zona húmeda de Maristany. La bahía de Alcúdia goza de varias figuras de protección, como la Red Natura 2000, el LIC de las bahías de Alcúdia y Pollença, el ZEPA marino del Norte de Mallorca y el de s’Albufera. El desarrollo futuro deberá ser compatible con todas ellas.