Aurora Picornell contaba con tan solo 25 años cuando fue ejecutada por un escuadrón fascista. | Redacción Local

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Aurora Picornell es quizás la más icónica y reconocida por el público en general entre las conocidas como Roges del Molinar, las mujeres a las que la represión fascista despojó de sus vidas por sus ideas para encerrarlas en la cárcel de Can Sales de Palma, fusilarlas en una tapia del cementerio de Porreres, y enterrarlas en una fosa común. Intentaron enterrar con ellas sus ideas de progreso e igualdad sin imaginar que, casi un siglo más tarde, buena parte de la sociedad balear enarbolaría su recuerdo e incluso sus ideas políticas. Este jueves, como si de un giro caprichoso del destino se tratara, sus restos han sido hallados en víspera de la entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática, la norma que pretende recuperar a todos aquellos olvidados en las cunetas.

Aurora Picornell, Catalina Flaquer, Antònia Pascual Flaquer, Maria Pascual Flaquer y Belarmina González Rodríguez fueron las conocidas como Roges del Molinar, algo así como las Trece Rosas que tanto impactaron en la mente colectiva de Madrid pero a escala local. De Aurora Picornell dicen también que fue la Pasionaria mallorquina. Comparte con las otras roges que sus vidas eran prácticamente anónimas y sus quehaceres cotidianos, hasta que la guerra irrumpió en sus vidas. Sus últimas palabras fueron premonitorias: «Podéis matar a hombres, a mujeres, a niños como el mío que todavía no han nacido. ¿Pero, y las ideas? ¿Con qué balas mataréis las ideas?».

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Picornell contaba aun pocos años cuando se empezó a interesar en las cuestiones políticas y sindicales en el Molinar, su barrio a las afueras de Palma con alma marinera. Una mujer costurera como ella tenía muchos derechos por delante que pelear, y desde su juventud participó del sindicalismo, antes de integrarse en la esfera del pujante Partido Comunista de España (PCE), y convertirse en una de sus líderes en las Islas. Su compromiso le llevó a participar en el Socorro Rojo Internacional, algo que comparte con otra referente democrática como Matilde Landa, quien acabó sus días penosamente en el penal de mujeres palmesano.

Con el triunfo del golpe de Estado de la junta militar que encabezó Francisco Franco la detuvieron en la Casa del Poble de Palma, otro símbolo del obrerismo mallorquín hoy en día desaparecido. En su solar alzarán pisos de lujo en contra de la opinión vecinal. A Aurora Picornell la encarcelaron, y aun tuvo tiempo de publicar un artículo en una revista republicana denunciando las condiciones de vida de las presas. Una Nit de Reis un escuadrón falangista la sacó de la cárcel junto a sus compañeras costureras. Alguna tan comprometida como ella, alguna otra apenas con vinculaciones políticas.

La crónica oficial señala que todas ellas fueron conducidas a Montuïri, para posiblemente ser violadas y torturadas. De allí los fascistas las llevaron a la tapia del cementerio de Porreres, donde en silencio y con el frío cortando la piel las ejecutaron sumariamente. Como a perros o peor que eso. Hoy, en vísperas de la entrada en vigor de la ley que persigue que ninguna víctima descanse eternamente de forma impropia, reaparece su pluma estilográfica, y el hallazgo cambia la historia. ¿Cómo llegaron Aurora Picornell y el resto de Roges del Molinar hasta Manacor? Hoy la historia la reescribe la pluma de Aurora Picornell, la mujer que con su ejemplo de vida nos enseñó lo más fundamental sobre la libertad y la democracia.