Los asistentes llenaron la sala de la oficina municipal del núcleo costero.

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Como era de esperar, las polémicas obras de la calle Bordils de Porto Cristo protagonizaron la asamblea ciudadana que ofreció el equipo de gobierno (Més-Esquerra, PSOE y Podem) en la oficina municipal del núcleo costero. Algunos de los asistentes tildaron las actuaciones de «desastre». Durante el transcurso de la reunión, uno de los afectados pidió la dimisión de la regidora d’Urbanisme, Núria Hinojosa, por el resultado de estas actuaciones y otra lamentó que «con lo que ha costado la obra, se deberá volver a levantar la calle. No ha servido para nada».

El delegado de la zona costera, Sebastià Nadal, negó que se tenga que rehacer la obra «porque el problema es de las bombas de impulsión» que no son suficientes para evitar los vertidos de fecales cada vez que llueve. La solución, a largo plazo, pasa por establecer nuevas conexiones hacia la depuradora. Hinojosa, por su parte, dijo que «el Ajuntament no recepcionará las obras de la calle Bordils hasta que estén perfectas». Estas intervenciones llevan meses de retraso.

Pero además de hablar de la reforma de la primera línea, los vecinos también preguntaron a los responsables políticos sobre la ampliación de la recogida de basura puerta a puerta, la creación de aparcamientos disuasorios o la ampliación de las vías de comunicación entre la Associació de Veïnats de Porto Cristo y el Ajuntament, puntos que el alcalde Miquel Oliver se comprometió a analizar o poner en marcha. Los asistentes también pidieron más presencia policial.