La portavoz de AIPC, Antònia Llodrà, en la zona de obras. | Maria Nadal

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Las obras de la calle Bordils de Porto Cristo desesperan a vecinos, comerciantes, restauradores y, también, al partido local AIPC. Aunque las actuaciones debían terminar a mediados del pasado mes de abril, la empresa constructora solicitó una prórroga de cuatro semanas    por lo que ahora tienen de plazo hasta el 19 de mayo. AIPC critica la falta de previsión del área de Urbanismo del Ajuntament de Manacor y entiende que el retraso en las obras viene provocado «porque al principio solo había cuatro o cinco operarios trabajando, cuando podía haber 30 personas».

Además de las molestias de la reforma de la calle Bordils, esta semana se han sumado actuaciones de Redexis en las calles Port y Gual. «En Porto Cristo tenemos tres entradas y salidas y hay dos cerradas», lamentó Llodrà, que añadió que «el jueves Porto Cristo se convirtió en una ratonera». Los restaurantes de la zona son los que más padecen las obras, que les han impedido abrir sus terrazas. Esperan poder montarlas mañana domingo aunque apuntan que los clientes tendrán pocas ganas de sentarse. Uno de los restauradores bromeó ayer diciendo que «esperemos que terminen pronto porque en agosto hace demasiado calor para colocar baldosas», mientras que otro fue más allá y aseguró que «el estado actual de degradación de Porto Cristo no se había visto nunca en los últimos 30 años». Llodrà hizo un paralelismo con la iniciativa Manacor Encantat y dijo que «este es el Porto Cristo Encantat que tenemos». La portavoz de AIPC añadió que «seguramente, a partir del 15 de junio, cuando terminen las Fires i Festes, Porto Cristo estará a punto».

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Dos turistas con cochecito tuvieron que cruzar este viernes las obras de la calle Bordils por donde se permite el tránsito de peatones.

Modernización

La regidora d’Urbanisme, Núria Hinojosa, lamentó las molestias aunque también indicó que «los comerciantes serán los máximos beneficiarios de las obras, que permitirán tener un paseo moderno y sin problemas de pluviales». La edil añadió que «las obras siempre son molestas y complicadas, pero eran muy necesarias» y aseguró que «con la ley de contratos en la mano la empresa puede pedir la mitad del tiempo de ejecución de prórroga, que son dos meses y medio».