Cada verano, los fondeos irregulares de embarcaciones afectan a la bahía de Pollença generando impactos.

TW
5

Los fondeos ilegales, la creación artificial de playas y los vertidos de aguas sucias y de residuos están convirtiendo la Bahía de Pollença en un barrizal. Así lo corrobora el estudio ecológico que Arrels Marines ha realizado sobre los impactos de las embarcaciones y estructuras de fondeo permanentes en la Bahía de Pollença.

«La mayor parte de la zona presenta una notable degradación y falta de biodiversidad siendo una zona de barrizal que difícilmente se recuperará por sí misma a corto plazo», explica Sebastià Cabanelles, coautor de la investigación. El estudio, que ha sido presentado este jueves en el Ajuntament de Pollença, concluye que hay entre 1.662 y 2.875 ‘muertos’ permanentes en la Bahía de Pollença. Se trata de escombros y neumáticos rellenos de hormigón que se utilizan para fondear ilegalmente embarcaciones.

Los expertos proponen que se realice un plan de gestión, vigilancia y eliminación de las embarcaciones fondeadas permanentemente y la puesta en marcha de un parque de fondeos ecológicos gestionado y regulado por parte de las autoridades competentes. Arrels Marina avisa del retroceso de la biodiversidad de los fondos marinos de Formentor que vincula estrechamente con la supresión del campo de boyas que Projecte Home gestionó en la zona durante años.