En este campo, entre Sineu y Llubí, buena parte de los árboles están muertos, posiblemente por ser almendros muy viejos o afectados por la Xylella. En 2020 había 11.940 hectáreas de campos de almendros de secano. El objetivo es incrementar 170 hectáreas anuales. | Joan Socies

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La imagen bucólica de los campos de almendros en flor que muchos touroperadores ‘venden’ para atraer turistas está en crisis. Hace años que las organizaciones agrarias advierten del retroceso de las plantaciones de frutos secos en Balears debido, principalmente, al abandono del campo. La estocada final la ha propiciado la plaga de la Xylella que ha afectado principalmente a este tipo de cultivo. En una década ha desaparecido el 52 % de la superficie de almendros, según confirma el diagnóstico elaborado por la Conselleria d’Agricultura.

Este retroceso se ha intensificado desde 2015, cuando en Baleares había 24.000 hectáreas de almendros. El año pasado esta superficie había caído hasta las 12.473 hectáreas, de las cuales 11.940 son en secano y 530 en plantaciones de regadío. Ante esta situación y las demandas de los agricultores, el Govern ha puesto en marcha el Plan de Reestructuración del sector de frutos secos con el objetivo de incrementar la superficie de almendros y algarrobos, así como poner en valor su producción. «Además de la caída en superficie hemos detectado un retroceso muy acusado en la producción que, en los últimos cinco años, se sitúa en una caída del 37 %», explica el director general de Agricultura, Fernando Fernández.

El objetivo de este plan, con continuidad hasta 2027, no se limitará a incrementar el número de plantaciones en el paisaje insular, sino que estará encaminado a que la producción de frutos secos sea rentable y eficiente. «Los niveles actuales de producción rayan la viabilidad de las empresas. La situación actual hace que la propia industria sea ineficiente», añade Fernando Fernández.

El plan contará con una inversión de 9,6 millones de euros procedentes de los fondos europeos de recuperación ‘Next Generation’ con una ejecución de siete años. Este contempla incrementar la superficie de plantaciones en 75 hectáreas anuales en el caso de almendros sembrados en campos de regadío y 170 en los cultivos de secano. «Así creemos que en siete años la producción se incrementará un 25 %», apunta el director general.

En el caso de los algarrobos, que no sufren el retroceso que ha experimentado el almendro, el plan del Govern estima que también se incrementarán las plantaciones en 70 hectáreas anuales.

Cabe señalar que la ‘fiebre’ del garrofín ha impulsado este tipo de cultivo ya que tiene precios más competitivos. Fernández explica que uno de los objetivos descritos en el plan es fortalecer la presencia de una lonja en Balears. «En la actualidad dependemos de la lonja que está en Valencia, por lo que queremos crear una aquí para trasladar a las Islas el peso de la comercialización. No en vano congregamos el 28 % de la producción total del Estado», ejemplifica Fernando Fernández. El plan del Govern ha sido diseñado y aprobado por las diferentes organizaciones agrarias, cooperativas y productores con el objetivo de abarcar la problemática en sentido global y revertir la tendencia.