Imagen de una colonia incontrolada en Bunyola. | ARCHIVO

TW
3

El nuevo reglamento para la gestión de las colonias felinas del municipio de Bunyola obliga a sus gestores no sólo a castrar a los gatos callejeros, sino también a ponerles un microchip identificativo.

Las personas que deseen hacerse cargo de la gestión de las colonias de gatos callejeros deberán obtener una autorización del Ayuntamiento de Bunyola, previa solicitud al mismo Consistorio. Estos gestores deberán ser mayores de edad y estar empadronados en el municipio. Tienen tres meses para solicitar la inscripción. Según la normativa, estas colonias no podrán estar formadas por más de 10 individuos y no podrán ubicarse en espacios donde existan animales de especial interés o protegidos, ni en zonas donde exista una fauna de especial relevancia. Tampoco a menos de 200 metros de centros sanitarios, residencias de ancianos, centros de día, guarderías, colegios, parques infantiles y, en general, donde puedan generar riesgos para la salud, impactos y molestias a los vecinos.

Por otra parte, el Ayuntamiento fijará los lugares donde los animalistas que gestionen la colonias felinas deberán dispensar comida y agua a los felinos. Queda «totalmente prohibido» hacerlo fuera de estos puntos indicados.

Arenero

Asimismo, los gatos callejeros sólo podrán ser alimentados con pienso y en ningún caso con comida húmeda o restos domiciliarios. Finalmente, las colonias felinas deberán disponer de un arenero en el que los animales puedan efectuar sus deposiciones. Un espacio que deberá ser limpiado a diario por los gestores y voluntarios.