Barcos, amarrados en Sóller.

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Éxito total de la huelga de los profesionales de la pesca contra las nuevas restricción que la Unión Europea quiere imponer al sector. Según el presidente de la Federación Balear de Cofradías de Pescadores, Domingo Bonnín, el 100 por cien de la flota mallorquina secundó el parón convocado a nivel nacional. «Con esta huelga asumimos importantes pérdidas económicas, pero hemos logrado nuestro objetivo», que no era otros, en palabras de Bonnín a este rotativo, de dar «trascendencia pública» a los perjuicios que suponen para el sector pesquero las nuevas prohibiciones que barrunta Bruselas.

Asimismo, el presidente de las cofradías destacó también que la huelga de pescadores de este viernes se pudo llevar a cabo con «éxito rotundo», procurando al mismo tiempo «no crear más problemas que el parón en sí mismo». De esta manera, Domingo Bonnín aseguró que, aunque es probable que hoy no haya pescado en la lonjas, «los mercados no quedarán desabastecidos, puesto que en días previos han hecho acopio». En este sentido, Bonnín agradeció la comprensión y apoyo de quienes regentan estos puntos de venta, así como el de los profesionales del sector de la restauración.

En la mayoría de puertos con actividad pesquera (Port d’Andratx, Port de Sóller, Port de Pollença, Cala Rajada, Colònia de Sant Jordi, Cala Figuera, etc) los pescadores celebraron concentraciones de protesta que acabaron con un distendido berenar. Luego muchos de ellos, como el caso de Bonnín, se trasladaron hasta el Port d’Alcúdia, lugar en el que la concentración de la mañana fue más numerosa, para compartir todos juntos un almuerzo a base de fideuá. Muchos pescadores también aprovecharon el parón para zurcir redes. «Todo en un ambiente casi festivo», destacó Domingo Bonnín.

Agravante

Cabe recordar que, tal y como avanzó este diario hace justo una semana, la nueva normativa que prepara la Comisión Europea prevé una reducción de hasta el 40 por ciento de los días de pesca para las embarcaciones de arrastre, además de la creación de nuevas zonas de veda y la aplicación de nuevas mallas o artes de pesca. Una serie de restricciones que afectan más si cabe al sector pesquero balear, donde sólo existen en la actualidad 35 barques de bou distribuidas en 12 puertos. Unas cifras muy alejadas de por ejemplo Catalunya o Valencia, donde aglutinan más de 300.