La alcaldesa de Campos, Francisca Porquer, dirigiéndose a los manifestantes. | Joan Socies

TW
7

Todo estaba muy tranquilo en los primeros momentos de la inauguración de la autopista Llucmajor-Campos. Poco a poco dirigentes del PP y del PSOE de la comarca del Migjorn se acercaban al punto de encuentro. Desde Campos llegaba una amplia comitiva política que, a la postre, se convertiría en la protagonista de la fiesta.

Desde lejos se empezaron a oír gritos de «Autopista mai!». Eran los miembros de la Plataforma Antiautopista que, tras una pancarta, se acercaban a las autoridades. La presidenta Cladera rápidamente se acercó a ellos. Tras unos minutos de dialogo, desistió. Los miembros de la plataforma leyeron su manifiesto. Más tarde, y mientras los técnicos explicaban el proyecto fue el diputado, Sebastià Sagreras Peixet el que pidió al responsable de comunicación de Llorenç Galmés que dijera a los manifestantes que se pusiesen detrás de Catalina Cladera. Estos así lo hicieron. Peixet y el grupo de regidores del PP de Campos fueron los que más gritos y frases intercambiaron con los manifestantes.

En reiteradas ocasiones, Sagreras les recordó que «només sou vuit» en alusión a la poca fuerza social que representaban. Otra regidora campanera, Inès Nicolau, respondió «ja la teniu feta» cuando los miembros de Plataforma gritaban «Autopista mai!». Al final fue la alcaldesa de Campos, Francisca Porquer (PP), la que se acercó a los manifestantes para recriminarles la falta de respeto. Entre las acusaciones de unos y otra salieron los muertos en la vieja carretera o los de la represión de la Guerra Civil. Sin duda los campaners pusieron el espectáculo a un acto sigiloso.