Imagen de algunos ejemplares de almendros y algarrobos talados por la propiedad de Son Amar.

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La propiedad de Son Amar tiene en mente crear un agroturismo en la emblemática finca del siglo XVI, conocida y reconocida durante décadas como uno de los centros de espectáculos musicales más importantes de la Isla.
Vinculada al proyecto de agroturismo en Son Amar figura la tala de almendros y algarrobos iniciada esta semana en la finca y que, sobre todo la llevada a cabo en las parcelas cercanas a la carretera de Sóller, ha causado sorpresa entre los residentes de la vecina localidad de Palmanyola.

Integración paisajística

Según un portavoz de la propiedad de Son Amar, la tala se engloba en el proyecto de agroturismo, puesto que, por ley, el futuro establecimiento hotelero ha de contar con un mínimo de campos de cultivo.

Así, según figura también en el proyecto básico registrado ya en el Ajuntament de Bunyola, los gestores de Son Amar han decidido sustituir algarrobos y almendros plantados en sus tierras por árboles frutales. Concretamente: naranjos, limoneros y albaricoqueros.

Las mismas fuentes consultadas señalan que los algarrobos y almendros talados presentaban un estado «precario» y que los ejemplares sanos se han mantenido. Las labores de tala, que concluirán en unos días, las supervisa un ingeniero agrónomo que es que también quien ha ofrecido a la propiedad varias opciones para una reforestación que se iniciará en unas dos semanas

La opción por la plantación de cítricos, apuntan desde Son Amar, obedece a su idónea adaptación en el paisaje de esta zona situada en las estribaciones de la Serra de Tramuntana, cercana a las faldas de Alfàbia y a la finca pública de Raixa.

Por su parte, el Ajuntament de Bunyola tuvo constancia de la tala por este diario, aunque el Consistorio presidido por el alcalde Andreu Bujosa (EOB) no tiene del todo claro que Son Amar tuviera que pedir permiso previo para llevar a cabo la tala en el interior de su propiedad.

El regidor Miquel Pascual se trasladó este martes hasta Son Amar para comprobar in situ los trabajos de tala y confirmó a este diario que se habían cortado unos 40 almendros y algarrobos, «algunos de arrancados de raíz y otros sólo las ramas». Asimismo, Pascual recuerda que, según la Ley 2/2014 de Ordenación y Uso del Suelo, «son actos sujetos a comunicación previa la tala de masas arbóreas o de vegetación arbustiva que, por sus características, pueda afectar al paisaje». Un caso, el que nos ocupa, en el que no está claro. «Entramos en el terreno especulativo», reconoce el regidor.

Todo lo que puede hacer de momento el Ajuntament de Bunyola es redactar una comunicación a la Agència de Defensa del Territori (ADT), «aunque no deja de ser un tema sometido a la interpretación del texto legislativo», insiste Miquel Pascual.