Limitaciones europeas. La nueva normativa europea, aprobada el pasado diciembre, reduce de nuevo el esfuerzo pesquero de las embarcaciones de arrastre que implicará una diminución de su actividad en un 30 %. La flota de Balears cuenta a día de hoy con 22 barcas de ‘bou’. | Michel's

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Tras una campaña de sepia bajo mínimos, la apertura de la veda de la langosta el pasado jueves, 1 de abril, supone un soplo de aire fresco para el sector. Este invierno el tiempo no ha acompañado a los pescadores que muchas jornadas han tenido que dejar sus embarcaciones amarradas en el puerto debido a los temporales. Esto ha afectado principalmente a las capturas de sepia (unas 14 toneladas hasta finales de marzo) así como la pesca del ‘jonquillo’ que también ha sido escasa. Desde la Federació Balear de Confraries de Pescadors reconocen que des del 15 de diciembre no ha habido prácticamente jonquillo y las capturas se han centrado principalmente en el cabotí, con unas 9 toneladas.

Ante esta situación, es normal que el sector espere una recuperación gradual con el inicio de la campaña de la langosta. La veda se abrió el jueves y se permitirán las capturas hasta el 31 de agosto. Reconocen que el resultado de la campaña dependerá, en buena parte, de la evolución de la pandemia «con el sector de la restauración abierto y también la evolución de la economía en general». El presidente de la Federació, Domingo Bonnín, recalca que ello no dependerá tanto del número de kilos pescados si no de la adaptación a la demanda, que puede ser variable. Ello también se tradujo el año pasado a una reducción total de las capturas, provocado también por las restricciones que sufrió el sector con el estado de alarma así como diversificación de las capturas. «Tenemos embarcaciones que no trabajan en la langosta para centrarse en el pesca de atún rojo», recalca el presidente.

Diversificación

Precisamente este martes se inicia la temporada de atún con 102 embarcaciones que pueden faenar esta especie. La campaña, que durará hasta el 31 de diciembre, cuenta con un modelo de gestión marcado por la propia Federación Balear encaminada precisamente a la diversificación pesquera «que resulta muy beneficiosa para los recursos marinos, así como para nuestra economía como sector», añade Bonnín.

Para este año, la cuota asignada para los pescadores de Balears es de 61.345 kilos, con un máximo de dos piezas por embarcación y día. «Tenemos grandes expectativas para este año visto el buen resultado de la campaña anterior», remarca.

Barcas de ‘bou’

Por contra, las embarcaciones de arrastre, que suponen un total de 22 barcas del conjunto de la flota del Archipiélago, son las que sufren una reducción de su actividad. A los paros obligatorios hay que añadir ahora el acuerdo de la Unión Europea del pasado mes de diciembre que aprobó una nueva reducción del esfuerzo pesquero. «Esto va a suponer una reducción práctica del 30 % de esta actividad», recuerdan desde la Federación. Domingo Bonnín asegura que supondrá que si hace 3 años estas embarcaciones faenaban una media de 220 días al año, en 2020 ya se redujo a 200 jornales y este año quedará limitado a 182-183.