El bosque de Lluc, en el corazón de la Serra, aúna grandiosidad natural y espiritualidad. | Redacción Part Forana

TW
4

Lluc es quizás el lugar más mágico de Mallorca, y lo es desde la antigüedad más oscura y primitiva. Enclavado en el corazón de la serra de Tramuntana, hoy Patrimonio de la Humanidad por sus valores naturales y etnográficos, este recóndito valle ha cautivado a los mallorquines desde tiempos inmemoriales, y todas las distintas civilizaciones que se han asentado en la Isla en el largo transcurrir de los siglos lo han venerado según su uso y costumbre.

Su importancia aún en nuestros días como faro católico de toda Mallorca tiene sus orígenes tras los primeros años de reintroducción del cristianismo en la Isla, al finalizar los tres siglos de dominación islámica, pero los hombres y mujeres lo han habitado desde el principio de los tiempos. En este viaje apasionante por la historia y la tradición ligadas a uno de los puntos que mejor definen nuestra Isla reencontraremos los distintos valores y aspectos que, desde la prehistoria hasta nuestros días ha recibido Lluc, el bosque sagrado por antonomasia de Mallorca.

Los primeros pobladores de Mallorca, la sociedad talayótica, fueron los pioneros. Ellos descubrieron la magia que reviste Lluc y lo identificaron como lugar de reposo, por ejemplo en el valle conocido como la Cometa dels Morts, un lugar señalado en nuestros días por su atractivo excursionista, como bien describía en su sección de senderismo Tomàs Vibot. Las características geológicas del lugar deparan un gran número de cuevas; en algunas de ellas como la Cova dels Morts se descubrieron restos de enterramientos de la época talayótica, excavados por un religioso de la comunidad del santuario, mossèn Cristòfol Veny, cuyos hallazgos se muestran hoy en el museu de Lluc.

MALLORCA - Baños de Bosque en Mallorca, en el bosque de La Cometa dels Morts.
El bosque de la Cometa dels Morts destaca por ser un lugar ideal de recogimiento y excursionismo. Foto: P.Bota.

Aquel era también un lugar de vida, donde el bosque proveía de alimento, madera para los fuegos y materias primas para producir diversos tipos de herramientas. Con esta perspectiva no es de extrañar que a Lluc se le otorgara una categoría acorde a su valor, que se enlaza además con la posterior concepción del mundo grecorromano, según la cual los bosques de encinas eran elegidos para llevar a cabo los principales ritos de iniciación, o discutir a su sombra asuntos importantes para la comunidad. No en vano muchos expertos consideran los bosques como los primeros templos de la humanidad, una suerte de casa de los dioses a cielo abierto.

Como anticipamos, los bosques de encinas en el mundo clásico eran tremendamente simbólicos, y el poder casi sobrenatural de este robusto árbol se asumía como un valor compartido por numerosas culturas del Mediterráneo. Probablemente, cuando los romanos se establecieron en Mallorca y descubrieron esa enorme y salvaje extensión de encinares no tuvieron duda alguna. De hecho fueron los romanos los que perpetuaron el valor de bosque sagrado asociado a Lluc para los anales, y lo hicieron por medio de la tradición y también por medio del nombre. Muchos lingüistas y filólogos clásicos avalan la tesis que el nombre actual de Lluc procede del latín lucus, literalmente «lugar sagrado», una nomenclatura que ha pervivido en otros lugares como por ejemplo el actual Lugo gallego, derivado de Lucus Augusti, «el bosque sagrado de Augusto».

MALLORCA. MEDIO AMBIENTE. EL GOVERN ESTUDIA DESPROTEGER LOS BOSQUES DE ENCINAS DE MALLORCA.
Imagen del representativo bosque de Lluc, rico desde el punto de vista natural y también antropológico. Foto:A.Pol.

De este modo, la romanización de Mallorca trajo consigo la elevación de Lluc a bosque sagrado, un apelativo solo reservado para los espacios naturales más escogidos y especiales. No es difícil imaginar en sus viejos encinares la conmemoración de fiestas y días señalados con rituales a Diana u otras deidades relacionadas intrínsecamente con la naturaleza más profunda y salvaje. A la caída de Roma le suceden los siglos oscuros y pocas certezas quedan, no solo en Mallorca. Probablemente algunas familias resistieran en las cimas cársticas de Lluc, relativamente resguardados de las escaramuzas que las distintas oleadas vándalas ejercieron sobre toda la costa.

Las sucesivas dominaciones bizantina e islámica de Mallorca puede que no cambiaran significativamente su idiosincrasia, aunque autores como Josep Maria Quadrado consideran que el topónimo Lluc o la forma arcaica Lluch es de origen árabe, significando «orilla (de río, valle o mar)»; sin embargo no existen suficientes evidencias de ello en los diccionarios arábigos con lo cual que el origen latino cobra fuerza.

LLUC. SANTUARIOS. El Santuario de Lluc se prepara para un relevo en su gestión.
El Santuario de Lluc, lugar de visita obligada para los viajeros que discurren por la Serra de Tramuntana. Foto: L.Olmo.
Noticias relacionadas

Se puede pensar que tras la conquista catalana de Mallorca, que arranca en 1229, la historia de Lluc vuelve a situarse en el centro, y la leyenda le acompaña desde el inicio mismo de su fundación como referente cristiano de la Isla, aunque en verdad no es exactamente así. El motivo, quizás, se encuentra en las manos que poseyeron el paraje de Lluc tras caer la Isla en la órbita de la Corona de Aragón. Y estas fueron, ni más ni menos, que las de los Templarios. Los que algunos han apodado como las fuerzas especiales de la Iglesia ostentaron un gran poder e influencia a todos los niveles en la época, hasta que la misma jerarquía eclesiástica los proclamó proscritos y decretó su cacería inmisericorde.

En efecto, el reparto de Jaume I entre las fuerzas militares que habían contribuido a arrebatar Mallorca al mundo musulmán obsequió, entre otras posesiones, a la Orden del Temple con la alquería de Lluc. La historia oficial escribe que no se interesaron mucho por este territorio, que cedieron su uso agrícola a algunos pobladores a cambio de un pago anual. Sin embargo, lo que los Templarios hicieron o dejaron de hacer en el bosque más mágico de Mallorca es y probablemente será siempre un misterio.

Con la caída en desgracia de los Templarios, Lluc recala bajo el amparo de otras organizaciones de la Iglesia, que pasaron a administrar tanto los terrenos como una pequeña capilla erigida, un tipo de construcción habitual en los lugares de poder de las culturas más primitivas, y que cobró mayor relevancia con el mito del pastor que casualmente encontró en sus cercanías la venerada imagen de la Mare de Déu, señalando el lugar como sagrado ante Dios y revelándoselo a los hombres.

LLUC. SANTUARIOS. Panorámica de la fachada del Santuario de Lluc.
Una pequeña y humilde capilla fue el origen del actual Santuario, uno de los más grandes y venerados de Mallorca. Foto: L.Olmo.

Este mito es similar a otros tantos, como por ejemplo el fundacional de Montserrat, con cuyo monasterio Lluc guarda otra similitud más: ambos tienen una virgen negra, un hecho llamativo, aunque bien es cierto que vírgenes de tez oscura las hay a decenas, principalmente en la Península Ibérica y en América del Sur.

Según el archivero de Lluc, la leyenda de la Mare de Déu -tan patrona de Mallorca como de Cataluña lo es su homóloga de Montserrat- se configura a fuego lento, desde aproximadamente el siglo XV hasta considerarse férreamente implantada en el imaginario colectivo mallorquín, ya en el siglo XVII.

MALLORCA - Baños de Bosque en Mallorca, en el bosque de La Cometa dels Morts.
El bosque de Lluc reconforta a los visitantes. Foto: P.Bota.

Es entonces cuando se amplía la historia del pastor que se topa con la talla religiosa con el misterioso episodio de la ‘fugade la imagen, desde donde fue trasladada en primera instancia, Sant Pere d'Escorca, hasta el lugar donde se halló; el lugar que con el tiempo acogería el Santuario al que, generación tras generación, ha peregrinado en masa el pueblo mallorquín. Resulta tan obvio pensar que la imagen fue traída de fuera de la Isla en esos primeros años de la Conquesta como difícil lo es precisar cuándo sucedió exactamente o quién fue la mano responsable.

No podemos finalizar este paseo por Lluc sin hacer mención a la leyenda que sobresale de entre todas las que la tradición popular ha ligado a este lugar especial. El Salt de la Bella Dona, musicado por Maria de la Mar Bonet y narrado magistralmente por la pluma de Gabriel Janer Manila, depara un relato duro y con un final sorprendente, a la altura de una de las mejores producciones de Netflix. Una historia, que con los ojos de hoy, puede catalogarse claramente de violencia machista; con toda probabilidad el primer caso de violencia contra las mujeres recogido por la tradición historiográfica de Mallorca.

Seguro que habrán oído recitar mil veces la leyenda, que parte con el camino piadoso a Lluc que emprenden juntos un marido y su esposa. En un momento dado del recorrido y preso de los celos él la despeña por un desfiladero terriblemente bello y escarpado, llegando a es Grau. Solo la intercesión de los poderes divinos que se veneran en Lluc propician que la historia no culmine en un final trágico. Mallorca cuenta con multitud de leyendas, pero probablemente ninguna tenga este impacto en la mente colectiva, ni haya sido narrada como esta.