Las terrazas de los tres restaurantes situados sobre la arena quedan dentro del dominio público. | Lola Olmo

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Los seis partidos del Ajuntament de Muro harán un frente común para defender la singularidad de Sa Caseta dels Capellans y evitar que este núcleo de casitas de veraneo quede dentro del dominio público marítimo - terrestre, como propuso Costas en febrero. El pleno aprobó ayer por unanimidad una contrapropuesta para presentar ante el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, en la que Muro pide que el deslinde se fije en una línea recta paralela a la orilla del mar, a 20 metros de ésta, de modo que ninguna de las casas quede afectada.

Este acuerdo de pleno «apoya la existencia del núcleo urbano de Capellans por sus valores históricos y como el elemento de cohesión social que ha supuesto su existencia y disfrute entre los vecinos de Muro». Además, recalca que está calificado como «suelo urbano por consolidación con anterioridad a la promulgación de la Ley 22/1988», conocida como Ley de Costas, y pide que se le aplique una servitud de protección de 20 metros, en lugar de 100 metros.

Salvar lo que ya existe

De prosperar estas aspiraciones, el deslinde a 20 metros permitiría «salvar» las 148 casitas existentes, aunque algunas quedarían dentro de la franja de servitud. Además, las terrazas de los tres chiringuitos construidos sobre la arena de la playa se quedan inevitablemente dentro del dominio público y sus concesionarios dependerán de Costas para poder abrirlas.

En contrapartida, el Ajuntament de Muro renuncia al crecimiento de este núcleo situado junto a la playa y a la zona protegida de es Comú. «De las aproximadamente 10 hectáreas declaradas suelo urbano en Capellans, las casas solo ocupan unas 5 hectáreas; el Plan General Urbano de Muro permite un crecimiento hasta las 260 casitas, pero estamos dispuestos a quedarnos con solamente la mitad del suelo urbano consolidado antes de 1988», apunta el concejal de Més, Miquel Àngel Tortell.

El alcalde de Muro, Antoni Serra (CDM), ratifica esta voluntad. «Nunca hemos querido que se construyeran más ‘casetes’, renunciaríamos al crecimiento».

El acuerdo de pleno va acompañado de alegaciones al deslinde propuesto por Costas el pasado mes de febrero, que se sumarán a las más de dos mil entregadas por los vecinos. Entre otras cuestiones, en sus escritos consideran el nuevo deslinde como «arbitrario»; que se trata de una zona altamente entropizada pese a que se ha querido conservar su aspecto natural, con las calles sin asfaltar; y ponen como ejemplo casos similares que existen en lugares como Sa Caleta de Caballo, Vegadeo y Santa Cruz de Tenerife.