Los voluntarios llevan a cabo sendas campañas en diversos supermercados y cuentan con 20 puntos de recogida de alimentos. | Teresa Ayuga

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Centenares de familias del municipio de Calvià ven pasar los meses con preocupación. Desde que empezó la pandemia, en marzo de 2020, apareció el primer síntoma: la pérdida de trabajo, lo que once meses después derivaría en una situación precaria en su totalidad en uno de los municipios más ricos y turísticos de la Isla.

Mery González, de 41 años, era encargada de una tienda de Palma. Es una de las tantas personas en Balears que fueron despedidas sin pasar por un ERTE. Lo cuenta así: «Con esta crisis, mi situación empeoró. Dejé mi casa de alquiler. Me fui a vivir con mi padre para cuidarlo. Vivimos ahora con su jubilación y mi paga de 400 euros».

Mery no es la única que con pocos recursos económicos saca adelante a un menor. Ramona Barrera, pese a ser ya una jubilada de 70 años, tiene a su cargo a un nieto. Aunque cobra 800 euros (entre jubilación y viudedad), asegura que paga mensualmente 550 euros de la hipoteca y todas las facturas, por lo que expresa que «antes del 25 de cada mes ya me quedo sin nada», y lamenta que «el Ayuntamiento de Calvià está cerrando los ojos y sus puertas a las familias afectadas del municipio. No nos quieren ayudar».

En el caso de Rosa Pellicer, de 47 años, hace tiempo que toca las puertas de entidades sociales para pedir ayuda, como también Ramona. Rosa presenta diversos problemas de salud y cuenta con dos hijos a su cargo y muy pocos ingresos. Raquel Peralta, de 41 años, puede cobrar 400 euros gracias a que cuida unas horas, de lunes a viernes, a una persona mayor, además de una pequeña ayuda del SEPE de 200 euros.

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Acciones solidarias

Lo que une a estas mujeres no es solo el municipio, sino la asociación SOS Calvià. Actualmente atienden a 110 familias del territorio y ya han pasado más de 140 en todo este tiempo.

«Colaboro con SOS desde hace un mes. He visto que, en cuestión de dos meses, ha aumentado mucho el número de familias, a unas 10 o 15 por semanas». Carmen Gálvez, de 40 años, es una de las voluntarias de la asociación, aunque también afectada laboral y económicamente por la pandemia. «Es indiscutible que el Consistorio ayuda a los más necesitados pero no es suficiente. Cada día hay más casos de gente desamparada que no recibe las respuestas del Ayuntamiento que deberían». Los voluntarios acuden de jueves a domingo a las puertas de los supermercados para recolectar alimentos.

A pesar de las acciones solidarias, cada vez más evidentes en toda la Isla, y la preocupante situación social, el Ayuntamiento de Calvià ha duplicado las ayudas de emergencia social y más de 6.000 personas ya han recibido algún tipo de prestación. El alcalde del municipio, Alfonso Rodríguez, dice que mantuvo una reunión con el presidente de SOS Calvià, Manuel Más. Asegura que «le pedimos que nos derivaran a aquellas familias que necesitan ayuda. Estamos haciendo todo lo posible para llegar a todos los afectados». El alcalde recuerda que con esta situación «no hay límite presupuestario» y subraya su compromiso.