Los 21 regidores pertenecen, ahora mismo y de manera oficial, a 10 grupos políticos distintos | Joan Socies

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Hace más de dos meses que se trabaja en ligar un programa (y un equipo) de gobierno que permita desbancar de la Alcaldía de Llucmajor a Éric Jareño (PP) y a sus regidores: cinco del PP, dos de Ciudadanos y uno de ASI, así como a los dos ex-representantes de Vox. Las reuniones empezaron capitaneadas por los socialisatas al comprobar cómo el PP rompía el pacto antitransfuguismo, según explicó el portavoz y exalcalde del PSOE Gori Estarellas. Y es que desde el principio de este mandato, volver a tener en el Ajuntament la figura de Rabasco (en este caso, la de su mujer como asesora) tejiendo alianzas con Vox, era sinónimo de una poermanente moción de censura sobre la mesa.

En esta ocasión, tras la expulsión de los dos regidores de Llibertat del gobierno, quien tiene la llave de la mayoría municipal es el exalcalde Bernadí Vives (PI). El PI de Llucmajor, al igual que el resto de la oposición, considera que el Ajuntament no puede continuar en el punto muerto en el que se encuentra. Es necesario un gobierno con mayoría. Para ello, la agrupación de Llucmajor del PI ya ha recibido en su local a Estarellas y a Jareño. Ambos les han dado a conocer sus propuestas de gobierno.

Los de Biel Company se enteraron hace unas semanas de las constantes reuniones entre los partidos de la oposición para gestar un cambio. Por ello, enseguida pusieron la maquinaria en marcha para evitar la derrota en una Alcaldía con la que ni soñaban en la campaña electoral. Las malas lenguas del PP siempre han señalado que la lista la encabezaba Jareño por aquello del tanmateix no ganaremos. Pero Jareño se llevó el gato al agua. Ahora, tras salvar un primer intento de moción de censura al inicio de legislatura, el PP de Mallorca intenta superar una segunda afronta que, al parecer, se resolverá en breve.

Lo cierto es que hay toda una serie de lineas rojas entre los partidos de la oposición que hacen muy difícil un gobierno alternativo al actual. De entre todos, Més per Llucmajor es quien parece tenerlo más claro: ocurra lo que ocurra, permanecerá en la oposición. Los ediles de Llibertat, ahora que están fuera del gobierno, observan cómo sus antiguos socios no van por buen camino. Pero todo está en manos del PI. Estos también tienen líneas rojas, tanto para un gobierno con el PP y compañía, cómo por la presencia de un tránsfuga, como los dos ediles de Llibertat por el otro lado.