Vista aérea del cementerio de Porreres. | Europa Press

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La segunda campaña de excavación en el cementerio de Porreres ha descartado que pueda haber una fosa común en la zona ajardinada del camposanto, donde se han encontrado 24 enterramientos ordinarios antiguos.

Entre el 13 y el 22 de octubre, el equipo técnico de ATICS ha llevado a cabo la segunda intervención en el cementerio de Porreres prevista dentro del Plan de Actuaciones en fosas de la Guerra Civil, ha informado la Conselleria de Administraciones Públicas y Modernización en un comunicado.

Esta es la segunda campaña en Porreres tras la llevada a cabo en este cementerio en 2016 por la Sociedad de Ciencias Aranzadi en la que localizaron 9 fosas con 55 víctimas represaliadas provenientes de las prisiones de Can Mir y del Castillo de Bellver.

En esta ocasión se ha actuado en el primer parterre, a la izquierda de la entrada del cementerio, que corresponde a una zona con panteones rodeados de una área ajardinada.

Se han excavado 5 sondeos, uno en cada esquina y uno de central y se han documentado 24 entierros ordinarios individuales, 21 de ellos de adultos (6 hombres, 7 mujeres y 8 de sexo indeterminado) y 3 infantiles (de menos de 6 años).

Los materiales y los objetos asociados a estas inhumaciones (botones, corchetes, zapatos mallorquines, rosarios con cruces y medallas y una moneda) han establecido su datación en la segunda mitad del siglo XIX o muy a principios del XX.

La investigación ha concluido que sólo existen tumbas católicas, seguramente organizadas por familias y que serían de los primeros momentos de ocupación del cementerio de Porreres (a partir de 1830), sin indicios de víctimas represaliadas.

Esta segunda campaña descarta una de las posibles zonas del cementerio que, según fuentes orales, podrían haber sido utilizadas como fosa común entre los años 1936-1938, visto el elevado número de víctimas -unas 137- que fueron asesinadas en el Oratorio de la Santa Creu de Porreres.

Las tareas de excavación que han concluido este jueves no han localizado ningún indicio de restos de las víctimas represaliadas.

Lo que sí se ha encontrado es una prueba material de la zona de los fusilamientos. Gracias a una prospección geofísica electromagnética realizada alrededor del Oratorio de la Santa Creu se ha localizado una vaina de bala de arma corta de 9 mm, compatible con la época de los asesinatos.

También se han realizado trabajos de investigación con teledetección, estudio de fotografías y de cartografía antigua del cementerio, que han permitido abrir nuevas líneas de trabajo dentro de la búsqueda de fosas comunes.

La Conselleria ha indicado que hay que esperar al resultado de la excavación bajo los nichos, pendiente dentro del Plan de Fosas del 2018-2019, para acabar de determinar cuál fue la distribución de las fosas excavadas durante aquellos años y poder plantear, según criterios técnicos, futuras actuaciones.