Imágenes de la zona de la Serra, afectada por la tormenta. | Lola Olmo

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Dos semanas después de la tormenta que azotó una franja de la Serra de Tramuntana, entre Banyalbufar, Esporles y Valldemossa, los devastadores efectos del ‘cap de fibló’ en la masa forestal ofrecen una imagen desoladora a lo largo de toda la carretera de montaña, con una estimación de trescientos mil árboles partidos que se extienden a lo largo y a lo ancho de 763 hectáreas de bosque.

Operarios de gestión forestal de Medi Ambient trabajan ya sobre el terreno junto al personal de Tragsa, empresa contratada para afrontar la «fase de emergencia». Trabajos enfocados a limpiar las zonas de riesgo extremo, «unos 12 puntos críticos que suponen un riesgo para las personas o por su elevado peligro de incendio forestal», explicó ayer el jefe del Servei de Gestió Forestal de la Conselleria, Luis Berbiela.

Visita a la zona cero

La presidenta del Govern, Francina Armengol, visitó los trabajos forestales que se iniciaron el lunes, acompañada por el conseller de Medi Ambient, Miquel Mir; el director general d’Espais Naturals i Biodiversitat, Llorenç Mas; el director del IBANAT, Joan Ramon, y los alcaldes de Banyalbufar, Mateu Ferrà; de Valldemossa, Nadal Torres, y de Esporles, Maria Ramon. Armengol reiteró que el Govern ha pedido ya ayudas al Gobierno central para resarcir los daños, sin embargo, el conseller Mir desveló su intención de encontrar salidas económicas para rentabilizar la ingente cantidad de biomasa que se generará de la limpieza de estos tres mil árboles destrozados. «Estos fenómenos se repetirán, y tenemos el reto de generar cierta economía circular con toda la biomasa que retiraremos, buscando nichos laborales y económicos», apuntó el conseller de Medi Ambient, aunque no concretó si la madera que se está retirando tras este ‘cap de fibló’ ya producirá beneficios o se obsequia a los aserraderos, cuyo principal producto es la construcción de palés.

Esta primera fase de limpieza en las zonas de riesgo se ha adjudicado a Tragsa por un importe de 280.000 euros y se prolongará hasta el 31 de diciembre. Después continuarán los trabajos con el reto de tener cubiertos los vectores de riesgo en mayo de 2021, antes de la temporada de incendios Paralelamente, junto al Punto Verde de Banyalbufar, se ha instalado un centro de operaciones en el que una máquina tritura todas las ramas y copas enteras de pino que se van retirando de los márgenes de la carretera de la Serra. Estas astillas trituradas se convierten en combustible para calderas de biomasa o en compost.