Sorpresas. Un osario dentro de una de las zonas de búsqueda y otra en una cueva cerrada por una pared del cementerio han ampliado las posibilidades de la investigación, que finalizará la próxima semana. | Curro Viera

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Los trabajos en el cementerio de Bunyola para dar con el paradero de los 15 represaliados durante la Guerra Civil llegan a su primera semana. Un grupo de cinco profesionales trabajan en la zona, que de momento no ha arrojado resultados positivos, pero si ha dado valiosas pistas sobre la posible ubicación de los cuerpos.

En el cementerio se buscan 15 personas, diez de las cuales están documentadas con causas judiciales y las cinco restantes sin ella. Los continuos cambios que este camposanto ha sufrido durante el siglo XX han sido determinantes a la hora de hacer balance de los hallazgos.

Búsqueda complicada

Los represaliados son buscados en tres zonas. En la primera de ellas, en la que se detallaban enterramientos justo en una «zona ajardinada frente a la sala de autopsias», la sorpresa ha sido encontrar un gran osario lleno de restos. Aún los investigadores, con el arqueólogo Cesc Busquets a la cabeza, no han podido saber el número exacto de víctimas, pero sí les ha servido para comprobar que en esa zona no se encontraría ninguna en «posición primaria», es decir, en el propio lugar de su enterramiento.

La búsqueda en las otras dos zonas de las que se tenía constancia tampoco se han obtenido resultados, pudiéndose trazar no obstante la serie de movimientos de tierra que con las sucesivas reformas ha registrado este lugar del cementerio.

En una de estas zonas la construcción de unos nichos obligó a trasladar los restos que había en el terreno a la fosa común. De este hecho fue notificado oficialmente a una de las familias de los muertos en los años 60. Por ello se puede tener certeza de que los diez cadáveres de los que habría causa judicial, estaban allí inicialmente.

Cesc Busquets califica la búsqueda «como la de una aguja en un pajar», si los restos se hallan en este osario descubierto. Aún así hay varias pistas que orientan al equipo. Entre los huesos deben estar los de una serie de personas que murieron por disparos y que fueron sometidas a autopsia.

A esto hay que añadir el descubrimiento de una nueva zona de búsqueda, no descrita hasta ahora. Se trataría de un gran osario que alberga decenas de restos y que también fue usado después de las reformas. Su estudio podría ser objeto de una futura campaña de trabajo.