Xisca Cifre, primera por la izquierda, acudió a Lluc con un grupo de familiares y amigos. | Curro Viera

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La actividad ha regresado de manera paulatina a la hospedería del Santuari de Lluc tras muchas semanas de confinamiento y de una inusitada falta de actividad en uno de los lugares más concurridos y apreciados por los mallorquines.

Los visitantes pueden volver a pasar la noche en alguna de las habitaciones disponibles desde el pasado 23 de mayo. En aquel fin de semana, y con tan solo algunos de los conocidos porxets disponibles, doce personas ya ocuparon cuatro de ellos. El siguiente fin de semana la cifra de ocupantes ascendió a una cincuentena; y este sábado y domingo se han superado los 80 huéspedes.

De las 120 estancias de que dispone la hospedería, repartidas entre 81 celdas y 39 habitaciones con cocina, en la fase 2 de la desescalada han estado disponibles el 50 %, llegándose en este pasado fin de semana a una ocupación de más del 70 % de ellas, lo que supone más de 80 personas.

Uno de los factores que más ha favorecido la llegada de visitantes ha sido la promoción especialmente dedicada al personal sanitario en agradecimiento a su labor durante la crisis sanitaria. Ayer no eran pocas las familias de estos profesionales que disfrutaban de los parajes de Lluc, como la de Maria Estarellas, auxiliar de enfermería en el hospital Joan March. Para ella la oferta ha sido todo un detalle, y afirma que sin duda volverán.
Con familiares y amigos también acudió este fin de semana a Lluc Xisca Cifre, enfermera en el Centre de Salut s’Arenal. Los días de descanso servirán a esta profesional «para desconectar de unas semanas de mucho estrés y gran dureza».

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Por su parte, Marià Gastalver, prior de Lluc, que ayer recibió la visita del obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, espera que pronto el santuario vuelva a recuperar, siempre respetando todas las medidas de seguridad, un buen ritmo de visitas. «El santuario nos pone muy fácil respetar las distancias de seguridad. Las zonas comunes son muy amplias y despejadas» afirmó.

Bajo el lema de Lluc COVID Free, a la campaña en agradecimiento a los sanitarios se ha unido una dedicada a las familias en general. Ambas han tenido una buena recepción, según Gastalver, que anunció también la próxima apertura de la piscina el próximo 15 de junio, aunque con aforo limitado.

El obispo remarcó lo extraño de algunas situaciones en el confinamiento: «Dar misa ante un templo vacío fue una situación extraña, pero aún así me sentí muy conectado a los feligreses».

En Lluc, la primera misa fue ante solo 30 personas y con medidas de seguridad que afectaron incluso a la liturgia, con aspectos como la comunión muy controlados. «Es satisfactorio ver la llegada de visitantes. Lluc sin gente no es Lluc», concluyó Taltavull.