En las zonas costeras paseos y playas fueron los elegidos para esta primera jornada. | Laura Becerra

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Este pasado domingo se llenó de poesía para todos. Fue un día especial y es que al despertar vimos el cielo de un color azul intenso- así lo habíamos imaginado- y el sol brilló, como no lo habíamos visto en los últimos 40 días. Al abrir las ventanas o bajar a la calle todo era ilusión y alegría y el silencio se llenó de voces y risas.

En los diferentes pueblos de la Part Forana el permiso para salir fue un auténtico regalo, sobretodo para los más pequeños. Todo transcurrió con normalidad, algunas zonas estuvieron más concurridas pero la mayoría intentó respetar las normas. Muchos padres o madres hicieron uso de la aplicación para cumplir estrictamente con la regla del kilómetro.

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Hubo muchas anécdotas a lo largo del día. Neus Rodríguez, de Sineu, antes de irse a dormir dijo a sus padres ¿no estáis súper emocionados por salir mañana?. Aina y Àngels Vicens de Felanitx también aprovecharon para dar un paseo y lo hicieron con sus mascarillas. Y es que también se ha creado todo una moda al respecto, con ideas y una oferta para todos los gustos: superhéroes, animalitos... Y si Machado escribió ‘caminante se hace camino al andar...’ Maria Victòria de Sineu, dejó también su huella. De hecho ha aprendido a caminar durante el confinamiento y ayer fue el primer día que pudo dar sus primeros pasos en la plaza. Lo hizo junto con su hermano Biel. Ambos salieron con su madre a respirar un poco de aire fresco.

Manacor también se llenó de vida, especialmente los vecinos eligieron la Avinguda del Ferrocarril, el passeig de na Camel·la o la zona peatonal del centro para estrenarse en este primer paseo que supo a poco.

A mediodía, patinetes o bicicletas fueron los protagonistas del día y también hubo algunos que aprovecharon para hacer un partido de fútbol junto a la vía verde. La sensación de libertad era total. Los tres hermanos, Jana, Mercè y Guillem tenían muchas ganas de salir y disfrutaron de los patines y el monopatín. En las zonas costeras como el Port de Sóller o d’Andratx se aprovecharon los paseos marítimos y las playas.