La antigua cementera albergará una fábrica de áridos para la construcción. | Teresa Ayuga

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Cemex ha despedido a dos de los tres operarios que mantuvo fuera del ERE que afectó al resto de la plantilla de Lloseta, unos 86 empleados, el año pasado. El martes 31 de mazo expiraba el plazo para que se pudieran acoger a las condiciones negociadas en el ERE aprobado en enero de 2019 y finalmente, estos operarios que se conservaron para la futura fábrica de áridos que promueve la compañía han sido despedidos «con el compromiso de que los volverán a contratar en cuanto se pueda abrir», afirma el presidente del comité de empresa, Vicenç Villalonga.

Impacto ambiental

El proyecto de la fábrica de áridos que promueve Cemex en las instalaciones de la cementera ha superado la evaluación de impacto ambiental por parte de la Comissió balear de Medi Ambient, cato cuyo presidente, Antoni Alorda, prevé publicar en el BOIB «de manera inminente, aunque ahora todos los plazos burocráticos están suspendidos». Sin embargo, aún no ha obtenido los permisos para iniciar su actividad a la espera de que se subsanen deficiencias observadas por la Conselleria de Transició Energètica i Sectors Productius, que dirige Juan Pedro Yllanes.

La fábrica de áridos es el único proyecto que promueve directamente Cemex dentro del plan de reindustrialización de Lloseta presentado por el Govern y el Gobierno central en enero de 2019, tras el cierre de la cementera. Está previsto que necesite tres operarios, más los empleos derivados que genere, como son transportistas.