La Festa del Vi Novell puso fin este sábado a toda una semana de actividades. | P. Pellicer

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La Festa del Vi Novell puso fin este sábado a toda una semana de actividades en torno al vino local, que tuvo su punto culminante en la degustación del vino joven de cada una de las siete bodegas que existen en Santa Maria. Por la mañana, cada celler celebró su jornada de puertas abiertas, pero la «festa major» se vivió por la noche en la Plaça Nova.

A partir de las siete de la tarde se abrieron las carpas y los bodegueros ofrecieron sus vinos jóvenes, cuyas barricas se habían abierto por la mañana, después de repicar las campanas de la iglesia, como es tradición. Junto a los vinos de las siete bodegas locales, Macià Batle, Ramanyà, Sebastià Pastor, Jaume de Puntiró, Bodega Àngel, 7103 Petit Celler, y Son Crespí, el público tuvo como novedad la posibilidad de probar el vino joven del Celler Elmasroig, del Priorat, con el que se han hermanado en el marco de la Festa del Vi Novell.

Además, los bares y restaurantes del municipio se sumaron a la Festa de la Tapa con todo tipo de tapas asequibles, un complemento necesario para dar cuenta de las más de cinco mil copas de vino que se sirvieron en un fin de fiesta más que consolidado.