La producción ha caído un 11 por ciento por la sequía pero gana calidad. | M. Torres

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La vendimia en la Denominación de Origen (DO) Binissalem finalizó este miércoles 9 de octubre con una producción de 1.437.811 kilos lo que supone un descenso del 11 por ciento respecto a 2018.

«La campaña ha venido marcada por la sequía y las elevadas temperaturas, lo que ha provocado un descenso general de la producción en la mayoría de variedades», explica la gerente de la DO Binissalem Marga Amat.

Amat puntualiza que «en el caso de las variedades Gorgollassa, Moll y Giró (entre las autóctonas) y Shiraz y Merlot (entre las foráneas), la producción se ha visto incrementada por la entrada en producción de viñedos jóvenes, compensando así el descenso general de la producción».

La sanidad y calidad de la uva han sido «extraordinarias» según la gerente de la DO Binissalem por lo que «se prevé que los vinos elaborados sean de gran calidad». Los enólogos trabajan ahora en las elaboraciones «para sacar el máximo potencial de cada variedad y obtener vinos singulares y de máxima calidad», añade.

En total en esta campaña se han recogido 1.437.811 kilos de uva. El 72 por ciento de la producción corresponde a variedades tintas y el 28 por ciento a variedades blancas. Las variedades autóctonas, que marcan la singularidad de la DO Binissalem, representan un 53 por ciento. Entre las variedades tintas la Mantonegro es la mayoritaria y la Moll entre las blancas.