En el País Valencià, quien quiera vender algarrobas u otro producto agrario debe estar inscrito en el Registro General de la Producción Agraria. | M. MORRO

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Cuando todavía faltan unas semanas para que finalice la campaña de recolección de algarrobas, todo apunta que esta estará marcada por la baja producción y por la preocupación de una parte del sector por los robos constantes de estos frutos secos en sus fincas.

Desde las cooperativas Camp Mallorquí y Fruits Secs señalan que la producción de este año será un 50 % inferior a la del 2018, que fue una campaña excepcional. Los motivos, señala Aldo Castelli (Camp Mallorquí) son diversos. «La sequía ha afectado al fruto por lo que es menor y pesa menos. Además, los árboles tampoco han dado tanta producción ya que el año pasado fue muy elevada; también consideramos que las lluvias caídas durante el periodo de floración han afectado negativamente a la producción», explica. A pesar de ello, Castelli remarca que el año pasado fue una campaña excepcional, «por lo que si la comparamos con un año normal, la disminución sería de un 25 %».

Esta situación de baja producción hace que la demanda sea alta y, por tanto, repercute en los precios que se mantienen al alza. Alexandre Aristondo (Fruits Secs) explica que el kilo de algarroba se fija actualmente entre los 0,60 y 0,63 céntimos de euro. Unos 0,10 o 0,13 céntimos más que el año pasado.

A ello debemos añadir la preocupación de una parte del sector que ya ha reclamado a la Conselleria de Agricultura que tome medidas para frenar los robos de algarrobas en las fincas. Es el caso de Margalida Ferretjans, de Algaida, a quien le hurtaron unas cuatro toneladas del fruto ya recogido y en sacas. Denuncian que esta situación es una constante por lo que reclaman que el Govern que tome cartas en el asunto como se ha hecho en el País Valencià. «En Valencia para poder vender las algarrobas u otros productos agrarios te exigen estar registrado como explotación agraria, por lo que se evitan que los ladrones puedan comercializar con nuestro trabajo», explica Ferretjans.

Tanto Aldo Castelvi como Alexandre Aristondo consideran que la medida puede ser beneficiosa para al sector, ya que se regularía la situación.

Por su parte, el director general de Agricultura, Gabriel Torrens, ha trasmitido la preocupación de estos agricultores a la consellera Mae de la Concha. «Ahora pediremos al departamento de la Guardia Civil que se encarga de las zonas rurales que nos facilite información que tienen de robos en el campo para conocer la situación real y poder tomar medidas», añade Torrens.

En el País Valencià, las empresas que comercializan algarroba este año se han comprometido a vigilar y garantizar la profesionalidad de los agricultores. Este tipo de robos no son un hecho esporádico para el consumo propio, sino que son personas que saben donde podrán vender las algarrobas, y más en un año de poca producción con precios al alza como el actual.