Imagen del toro de esta edición. | Pere Bota

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Fornalutx ha celebrado la mañana de este viernes uno de los actos más tradicionales de las Fiestas Patronales que acaban de empezar: la baixada des Bou. La fiesta ha transcurrido con absoluta normalidad y poco público, en un ambiente festivo y popular y con la ya también tradicional protesta pacífica de los animalistas, que han desplegado caretles contra el maltrato animal, sin más incidentes. La Guardia Civil ha formado un cordón de seguridad alrededor de los activistas para evitar todo posible enfrentamiento físico que, por otra parte, no se ha producido en ningún momento.

Como novedad de este año los miembros de la organización que tienen el encargo de coincidir el Bou por el amino y calle de Tramuntana hasta la plaza, lo han hecho ataviados con el traje payés mallorquín, lo que ha imprimido todavía más carácter tradicional a la fiesta.

El buey Rap, de 560 kg de peso, cedido para esta ocasión (como en los dos años anteriores) por la Associació de Criadors de Bestiar Boví de Raça Mallorquina no ha causado problemas a pesar de su gran fuerza y envergadura. Después de que se le colocase la tradicional corona de laurel ha recorrido la calle de Sa Font. Otra novedad es que al final del recorrido ha sido conducido hasta un cercado donde se ha quedado tranquilamente a la espera de ser trasladado.

Poco más de media hora ha durado un recorrido que desde hace dos años se realiza con un nuevo formato, similar al que se realizaba hace un siglo. Esta fue una condición para que Bou fuera permitido por la nueva Ley Balear de Protección animal.