La finca en la que está ubicado el Castell d’Alaró es de propiedad privada y el Consell pretende adquirirla. | Josep Lluís Pol

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La compra de la finca del Castell d’Alaró por parte del Consell de Mallorca, que se daba por hecha hace unos meses, sufre un nuevo retraso debido a las dudas que existen sobre la delimitación de la titularidad de los terrenos. La familia Ordinas es la propietaria de la finca, de unas 40 quarterades de extensión (unos 284.120 metros cuadrados) y protegida como ANEI, a excepción de las ruinas de la antigua fortaleza militar, que ya formarían parte del patrimonio público al ser propiedad del Estado.

El Consell de Mallorca había previsto la pasada legislatura la adquisición de esta finca por un millón de euros, tras meses de negociaciones con la propiedad. Sin embargo, la compra no llegó a rubricarse y ahora la administración insular quiere conocer cuáles son los metros de terreno a adquirir, y cuáles ya serían públicos al haber sido adquiridos en épocas anteriores por el Gobierno central.

Este miércoles se reunió la Fundació Castell d’Alaró para designar a sus nuevos patronos, una vez que se han renovado los responsables de Ajuntament d’Alaró y Consell de Mallorca tras las elecciones. Estas dos instituciones, junto con el Obispado, integran la fundación.

En esta primera reunión se decidió que el nuevo presidente será el alcalde de Alaró, Llorenç Perelló (PP), quien sustituye a Mateu Marcús, una persona de consenso que ha presidido la institución durante los últimos 12 años. El relevo se produce a propuesta del Ajuntament y en cumplimiento de los estatutos, puesto que para presidir la entidad hay que ser uno de sus patronos.

Perelló confirma que presidirá la Fundació «con un papel institucional, pero el día a día lo gestionará el secretario de la fundación, Guillem Cladera».

Una de las primeras propuestas que se pusieron sobre la mesa es solicitar al Gobierno la cesión a la Fundació de su parte del Castell, o la gestión de la misma. «El Estado es el titular de las murallas y torres que quedan del castillo, sería lógico que se involucrara de algún modo o nos permitiera gestionar esta parte para agilizar su conservación», señala Perelló.

De hecho, la parte que depende del Ministerio de Cultura es la más deteriorada de todo el conjunto. Mientras que Consell, Ajuntament e Iglesia han realizado obras de mejora en la ermita, la hospedería y alrededores, en los restos arqueológicos del castillo no se ha realizado ninguna intervención desde hace muchos años, con el riesgo de que acabe de derruirse.

La gestión del Castell d’Alaró se realiza a través de esta fundación dada su singular y compleja situación administrativa. La finca que envuelve todas las construcciones es de propiedad particular, mientras el Consell no formalice su adquisición; el camino que asciende hasta la misma, es público y pertenece al Ajuntament d’Alaró; los restos de la muralla y del castillo, al Estado; y la ermita y la hospedería son de la Iglesia.