La exhibición de esquilado de ovejas llamó la atención de muchos visitantes. | Curro Viera

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La Fira de Sencelles volvió a llevar a este pueblo el buen ambiente y la fiesta de cada año. Esta cita anual tuvo, como en cada edición, un marcado carácter familiar y tranquilo, alejado del bullicio de otras similares. En esta ocasión hubo alrededor de 100 paradetas que ofrecían todo tipo de productos a los visitantes.

La fira calentó motores desde varios días antes con diferentes actividades como rutas ciclistas, un certamen de pintura, otro de fotografía, cuentacuentos, una especial jornada gastronómica con productos de la zona o un gran concierto en la noche del sábado. Especial mención merece el homenaje que se rindió a Josep Pons ‘Pep Bitzo’ por toda una vida dedicada a reflejar la vida de Sencelles. Este acto tuvo lugar en Can Bril Vell en la noche del viernes 17.

También Sebastiana Llabrés Ramis fue objeto de un merecido homenaje por el que se la reconoció como la deportista más destacada del pueblo por sus innumerables triunfos.
Pero el día grande de la fira tuvo como protagonistas a los vecinos y visitantes.

Desde muy temprano se fueron acercando al pueblo los que quisieron disfrutar de esta fira sencilla y agradable, en la que el recorrido llevaba en primer lugar por la plaza de España, donde distintas entidades mostraban sus trabajos. Las calles del Rafal y Ramón Llull mostraban una variada oferta de productos. En ellas uno podía tanto comprar una prenda de ropa como tomar un zumo recién exprimido o darse un capricho con algún producto de artesanía.

Continuaba el recorrido por la calle Constitució hasta la Plaça Nova, donde se encontraban los animales, que como siempre llamaron la atención de los más pequeños, especialmente con la demostración de esquilado de ovejas.