Uno de los postulantes en el momento de ser elevado a Caballero de la Orden. | Curro Viera

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El Claustre de Sant Domingo de Pollença fue escenario este sábado de una ceremonia de la Orden Monástico Militar de Caballeros Templarios Federiciani. En una atmósfera solemne, con la característica simbología de esta orden, cuyos orígenes en Pollença se remontan al siglo XIII, los ocho postulantes a convertirse en caballeros recibieron de Corrado Armeri, Gran Maestre de la orden y venido expresamente para la ocasión desde Italia, los golpes de espada que les convierten en, según palabras del propio Armeri, «guardianes de los valores de la fe, la familia, las tradiciones y la patria»

Armeri definió a Mallorca en general y a Pollença en particular como muy importantes dentro de esta orden, cuyos miembros defienden la idea de que «ningún pueblo puede salvarse si no tiene valores y virtudes».

Ceremonia

A las diez de la mañana los miembros de la orden, encabezados por el ya mencionado Armeri, así como por el Gran Prior de España, Mario Torres y Lluis Carsi, representante en Pollença, hicieron entrada en el claustro para dar inicio a una ceremonia breve y directa en la que los postulantes, Antonio Parramón, Joan Real, Joan Sastre, Tomás Galindo, Martí Morro, Sergio Alonso, Xisco Mas y Miquel Afanado, pasaron a ser, con un simple gesto del Gran Maestre, Caballeros Templarios.

En el mismo acto tuvieron lugar los nombramientos de Juan Carlos López como Prior de Extremadura y de Alicia Hernández como Comendadora de Castilla-La Mancha, así como del propio Lluis Carsi como Prior de Pollença.

El carácter histórico de este colectivo fue reivindicado por Carsi en su intervención, en la que repasó los apellido ligados a esta orden en Pollença, así como el papel de las mujeres, que a pesar de no ser muy numerosas, fueron calificadas como cruciales.

El Coro de Pollença participó poniendo una nota adicional de solemnidad con la interpretación de diversas piezas entre las que destacó Non Nobis Domine, himno con el que comenzó la ceremonia.

Este colectivo ha adquirido en los últimos años un nuevo empuje, tanto en la isla como fuera de ella, llegando a superar los 400 los colectivos que se pueden denominar como templarios en todo el mundo. En general sus actuaciones están dentro del ámbito de la solidaridad o el altruismo.