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Siem devots de tot cor, / d’aquest Sant prodigiós, / pagesos i conradors, / i vilans de Manacor. Tal y como marca la canción, la devoción que tienen los manacorins por Sant Antoni quedó demostrada una vez más con la gran afluencia de ciudadanos que el miércoles llenaron las calles de la ciudad. La música, las gloses, la sobrasada y también las hierbas fueron las protagonistas de una jornada que empezó temprano.

A las nueve de la mañana, por las calles de la ciudad ya se respiraba el ambiente santantonier. Los más madrugadores tenían armada la leña y los muñecos que decoraban los foguerons. Mientras, los escolares paseaban visitando las hogueras ataviados con camisetas de Sant Antoni o caretas de dimonis y dimonions.

También muy madrugadores fueron un grupo de jóvenes que a las 10 de la mañana ya había tomado posiciones ante el Ajuntament Vell para poder ver el primer ball en primera fila. En realidad, faltaban todavía más de cuatro horas para que la comitiva de Sant Antoni llegara a aquel lugar. Como marca la tradición, a las 14.15 horas los dimonis salieron de Cas Baciner camino del Ayuntamiento. Las calles, decoradas con mata, daban la bienvenida a la comitiva de sonadors y dimonis.

Momento estelar

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Delante del Ajuntament de Manacor el ambiente estaba de lo más animado. El para pa patxin y las gloses a Sant Antoni eran entonadas por los centenares de jóvenes allí concentrados. Hasta que a las 14.35 los cantos se hacían sentir más fuerte. Era la señal que llegaba la comitiva con el baciner al frente. La expectación era máxima hasta que los músicos dieron los primeros acordes y las voces de centenares de personas cantaban al unísono las canciones más tradicionales. Tampoco faltaron los típicos cánticos de boti, boti, boti, artanenc el qui ni boti, síntoma del sentimiento y cierta rivalidad que tienen entre ambas poblaciones por venerar al santo. Dos bailes seguidos fueron suficientes para encender el ambiente, mientras los representantes políticos esperaban a los dimonis en la puerta del Consistorio. Como marca la tradición, estos subieron a la sala de plenos donde también realizaron sus bailes mientras el público, en medio de la plaza, esperaba impaciente a que bajaran de nuevo para seguir la fiesta. Cabe señalar que este año hubo menos aglomeraciones, aunque la plaza del Ajuntament seguía llena a rebosar. Al finalizar, la comitiva continuó su ruta por algunos de los foguerons, casas y bares que visitan y que también estuvo menos aglomerada, cosa que el público agradecía.

Colcada y Completes

La fiesta había empezado a mediodía pero uno de los momentos álgidos del día estaba todavía por llegar. A las siete de la tarde la Colcada, con el tradicional carro adornado con flores de papel, salió de la plaza del Ajuntament camino de Completes. En la iglesia hacía horas que no cabía ni un alfiler, no en vano este es uno de los actos más multitudinarios. Este año la iglesia dels Dolors se llenó con poco más de 1.600 personas, el aforo máximo permitido en el templo para este día. Y a las siete y media, puntuales, la banda de música apareció ante el altar. Era la señal que los goigs estaban a punto de empezar y el público se preparaba para el canto. Fuera del templo, ante la rectoría, los ciudadanos se aglomeraban para ver la encendida del fogueró, el primero que prenden los dimonis y que da el pistoletazo de salida a la noche.

Torrada

Y tras la encendida de la hoguera ante la rectoría, llegó el turno del resto de foguerons de la ciudad que empezaron a prender llama para que los miles de ciudadanos que el miércoles salieron a la calle pudieran ‘torrar’ a gusto. Algunos, los más tradicionales, con sobrasada, panxeta y butifarrón. Otros con pinchos y hamburguesas. En la variedad está el gusto. Los dimonis, por su parte, también emprendieron la ruta visitando los diferentes foguerons y acompañados siempre de un nutrido grupo de santantoniers que entonaba firme y devoto las estrofas en elogio al santo. Este año, el Patronat no puso en marcha la aplicación de móvil para poder seguir on line donde estaban en cada momento, pero uno de su miembros creó el día antes una web en la que anunciaba el recorrido en directo. Al cierre de esta edición, las calles de Manacor estaban todavía repletas de gente y los dimonis continuaban danzando.