La cooperativa payesa de Pollença ha producido este año más de 10.000 corderos. | Juanjo Roig

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El consumo de cordero producido en Mallorca ha caído a mínimos históricos estas fiestas de Navidad. La bajada de la demanda no ha afectado a los precios que se mantienen estables en lonja, pero los payeses se encuentran con un importante excedente al que tienen que dar salida.

La cooperativa payesa de Pollença tiene en estos momentos un excedente de 200 corderos, a pesar de que ha vendido 1.100 ejemplares para estas fiestas. «Desde hace una semana las ventas no son las que se esperaban, la producción no se ha podido sacar y el problema es que será difícil hacerlo a partir del mes de enero y antes de que arranque la temporada turística en junio», dice Martí Solivellas, presidente de la cooperativa payesa. La alternativa pasa por enviar parte de la producción al mercado peninsular.

En estos momentos el cordero lechal se paga en lonja a 7,60 euros el kilo (un precio prácticamente idéntico al de hace un año), el cordero mediano se paga a 6 euros el kilo y a 5,80 euros el kilo el de mayor tamaño.

Las Navidades eran tradicionalmente las fechas de mayor demanda de corderos lechales producidos en Mallorca pero la crisis económica, de la que el sector aún no se ha recuperado del todo y los cambios en los hábitos de consumo obligan a los payeses a replantear su producción para adecuarla al mercado.

Los meses de julio a septiembre (ambos incluidos) son ahora la temporada más rentable para el sector, gracias al tirón del turismo. En Navidad, en cambio, el consumidor (principalmente local) ha preferido este año otras carnes.

Por segundo año consecutivo la porcelleta negra, por ejemplo, no ha bastado para cubrir la demanda navideña pese a haber aumentado su producción en 200 cabezas respecto al año pasado. Actualmente tiene 1.300 cerdas productoras.

Martí Solivellas explica que la producción de porcelleta negra sigue siendo menor a la del cordero, lo que podría ayudar a comprender el fenómeno.

La cooperativa payesa de Pollença ha producido este año más de 10.000 corderos. Martí Solivellas, explica que el sector del cordero local se ha enfrentado además a algunas dificultades añadidas, derivadas de la climatología adversa.

«Este año el clima y las inclemencias meteorológicas han hecho que el cordero lechal, aunque sea bueno, no tenga la calidad extra de otros años y eso ha podido afectar a las ventas. La oveja no quiere humedad y los pastos tampoco han sido los que se esperaban», dice.

Al menos se mantienen los precios de cordero en lonja que habitualmente caían en víspera de las fiestas. Los abastecedores y los productores cerraron un acuerdo histórico en 2017 para frenar la tendencia a la baja.