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La antigua piscina cubierta municipal de Santa Margalida, una infraestructura que costó un millón y medio de euros al bolsillo de los ciudadanos, está actualmente rellena de piedras y tierra y en breve será hormigonada y transformada en una pista mutlideportiva. Los alumnos de la vecina escuela pública podrán correr sobre ella, jugar a fubtito, etc. El Ajuntament de Santa Margalida ha tomado esta decisión una decena de años después de cerrarla debido a los problemas constructivos que tenía –perdía agua– y la imposibilidad de resolverlos y al elevado coste que ello le suponía (gasto en electricidad y agua).

La piscina cubierta y climatizada se construyó sobre la antigua piscina municipal (convencional, descubierta) siendo alcalde Antoni del Olmo (PP). Como la anterior piscina tenía una profundidad excesiva –alcanzaba los dos metros y medio en un punto–, al cubrirla y climatizarla se subió la línea del suelo rellenando esta parte con hormigón. Pero el hormigón con el tiempo cedió y estropeó las tuberías inferiores a través de las cuales circulaba el agua. Finalmente, y tras numerosos intentos para solventar estos problemas, la infraestructura devino inutilizable y fue clausurada definitivamente. En 2015, el Ajuntament construyó una nueva piscina, descubierta, junto al campo de fútbol.

Hay que recordar que la piscina fue objeto de múltiples y encendidas discusiones en el pleno, especialmente durante la legislatura 2007-2011, siendo Martí Torres (que se encontró con el problema) el alcalde. La oposición, formada entonces por el PSOE, los Independents y Unió Mallorquina, acusó de «incompetencia» al PP un sinfín de veces.

Este otoño, operarios de la brigada han rellenado el hueco con piedras y tierra y ahora se hormigonará la superficie para reconvertirlo en una pista multideportiva que se pondrá a disposición de la escuela. El alcalde, Joan Monjo, añadió que próximamente se rehabilitarán el vestuario y los baños.

Por otro lado, hay que recordar que aun queda un litigio judicial pendiente que deriva de la antigua piscina: la constructora reclama al Ajuntament que le pague 360.000 euros por obras no previstas. Los tribunales aun deben pronunciarse sobre ello.