El Pancaritat de Andratx congregó a una multitud en la torre de Sant Elm. | Michel's

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Una vez que las procesiones del Jueves Santo y Viernes Santo ya han pasado y el Encuentro del día de Pascua ya se ha celebrado, en Mallorca toca comerse las últimas panades en las ermitas de los diferentes pueblos durante la celebración de los ‘pancaritats’. Así lo hicieron este lunes los vecinos de Selva, Caimari, Andratx, Felanitx, Pollença, Muro y Mancor que, fieles a la tradición, ascendieron hasta las ermitas para asistir a misa y después degustar arroces o comerse las panades y robiols.

Los vecinos del pueblo se congregan en la plaza para partir hacia el monasterio de Santa Llúcia, en el caso de Mancor, o hacia Crist Rei, en el caso de Selva. Tras la celebración religiosa empieza la fiesta. Con amigos o familiares, los jóvenes y no tan jóvenes participan de la jornada cocinando arroces. En algunos pueblos, incluso, realizan concursos de paellas. Tampoco faltan las ensaïmadas para los asistentes que suelen ser cortesía de los ayuntamientos de los pueblos.

En Selva, a las 9.30 horas de la mañana, los Quintos iniciaron la subida al puig de Crist Rei portando la imagen de Sant Sebastià. El pueblo de Selva celebra el ‘pancaritat’ de Crist Rei desde el año 1928, después de la segregación de Mancor de la Vall. Antes, tanto Selva como Mancor celebraban el ‘pancaritat’ en Santa Llúcia.

En el caso de Pollença, los vecinos ascienden hasta el puig de Maria para celebrar el ‘pancaritat’. El año pasado, el alcalde Miquel Àngel March se convirtió en el protagonista al bailar La mateixa del Batle por primera vez en 175 años. Pero este año March no bailó ni subió hasta el puig de Maria porque estaba enfermo.

En Mancor de la Vall también bailaron ball de bot y se organizaron juegos infantiles en la explanada del monasterio mientras se terminaban de cocinar las sabrosas paellas.

En Andratx cerca de 300 personas se dirigieron en romería hasta la torre de Sant Elm acompañados por la música de los xeremiers que amenizaron la caminata. Muchos otros vecinos optaron por el vehículo particular para acercarse y participar del tradicional ‘pancaritat’ y de los actos que se organizaron. Entre ellos, cabe destacar el baile popular y la venta de panades por parte de a asociación de Caparrots de s’Arracó.

Y en Felanitx los vecinos subieron hasta Sant Salvador. Además de celebrar el tradicional ‘pancaritat’, este año el Ajuntament de la localidad también ha querido impulsar una jornada de limpieza del espacio aprovechando la celebración del ‘pancaritat’. Durante los últimos meses, los operarios del Ibanat han realizado labores de limpieza de la zona, sobre todo en la carretera que conduce hasta el santuario dejando a la vista plásticos, botes o botellas de cristal que se han acumulado en los arcenes. A pesar de la iniciativa municipal, la respuesta de los vecinos no fue muy participativa y solo unas 30 personas se involucraron en la jornada de limpieza.

Aunque en Campanet el ‘pancaritat’ se celebra durante la jornada de este martes, algunos vecinos ya se desplazaron ayer hasta el bosque de Gabellí Petit para talar un pino que servirá para la tradicional pujada al pi. Después de comer y acompañados por la música de los xeremiers, los vecinos se dirigieron hasta la finca para escoger un buen ejemplar y talarlo.

La jornada de Pancaritats se vivirá también este martes en la ermita del Sant Crist de Llubí, en Crestatx de sa Pobla, en Montuïri o Vilafranca, entre otros. La fiesta de los ‘pancaritats’ terminará el próximo domingo.

Botellón en Muro

Los bares no pudieron montar barras en la calle, hubo más presencia policial y se pusieron multas a las personas que bebían en la vía pública. A pesar de todas estas medidas preventivas que impulsó el Ajuntament de Muro, la masificación y el botellón volvieron a protagonizar la tarde del ‘pancaritat’ de Sant Vicenç.

La avenida Santa Catalina Tomàs, donde están los bares y está la máxima concentración de gente, fue la zona más vigilada por los cuerpos de seguridad. Los agentes de la Policía Local de Muro controlaban el consumo de alcohol en la vía pública y multaron a los jóvenes que bebían en la calle. El alcalde Martí Fornés aseguró ayer que «se han puesto multas» aunque no pudo concretar la cifra. A pesar de la aglomeración de gente, Fornés indicó que «hay menos afluencia. En torno al 30% menos en comparación a otros años». Esta cifra no fue corroborada por otras fuentes consultadas por este periódico que aseguraron que la afluencia de jóvenes era «muy similar a la de años anteriores».