En Mauthausen, uno de los campos de exterminio, fallecieron los hermanos Azuaga y sufrió tortura Joan Servera. | Redacción Digital

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El pasado día 27 de enero se celebró el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, una jornada instaurada por la ONU en 2005 que cada año coincide con el aniversario de la liberación del campo de exterminio nazi en Auschwitz por parte del ejército ruso.

Con motivo de esta efeméride, municipios y comunidades de toda Europa dedicaron un recuerdo a los conciudadanos que estuvieron presos o murieron en estos campos.

En el caso de Sóller los estudios realizados por el historiador y archivero del Ajuntament, Antoni Quetglas, han permitido dejar constancia de siete sollerics que vivieron ese horror, dos de los cuales fallecieron sin volver a recuperar su libertad.

Sollerics

Según el informe elaborado por Quetglas estos sollerics fueron Llorenç Alou; los hermanos Miguel y José Azuaga; Pere Bennàssar; Joan Servera; Antoni Frontera y Pere Sastre.

Llorenç Alou, nacido en 1905, fue arrestado en la zona francesa anexionada y deportado al campo de Schirmeck el 17 de junio de 1941, aunque fue liberado el diciembre del mismo año.

Peor suerte corrieron los hermanos Miguel y José Azuaga Villalonga. El primero, nacido en 1911, fue deportado a Mauthausen el 7 de abril de 1941 muriendo en el mismo campo en 22 de octubre de 1942. Se sabe que su hermano José falleció en el mismo lugar en 1943.

Según el estudio de Quetglas, Pere Bennàssar (1895) fue arrestado en Compiègne el día 2 de julio de 1944, acusado de ayudar a la resistencia francesa.

Bennàssar fue deportado al campo de Dachau sufrió el cautiverio hasta el abril del año siguiente, cuando fue liberado.

Por otra parte, Joan Servera Pons (1910) también fue deportado a Mauthausen en junio de 1941 y liberado en mayo de 1945, cuatro años después, siendo por tanto el que permaneció más tiempo internado. Su supervivencia permite saber que este solleric fue una de las víctimas de las torturas médicas practicadas per Aribert Heim (apodado ‘Doctor Muerte’).

Quetglas también ha documentado el cautiverio de Antoni Frontera (1902), deportado a Vorbrück-Schirmeck y el de Pere Sastre (1908) que figura como liberado en el campo de Siegburg el dos de febrero de 1944.