Los manifestantes recibieron al alcalde de Manacor, durante su llegada al Ajuntrament, con mucho ruido y con pitidos. Luego subieron al pleno para asistir al momento de la aprobación del incremento. | Assumpta Bassa

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Con gritos de ‘poca vergonya’ y entre el lanzamiento de billetes de euros de juguete, unas 70 personas se concentraron frente a las puertas del antiguo Ajuntament de Manacor para montar una 'cacerolada' como muestra de su disconformidad con la subida de sueldo del alcalde Pedro Rosselló, anunciada la semana pasada.

Fue una sonada y sonora cacerolada sobre las 19,45 horas, justo antes de que se iniciara el pleno ordinario que tenía que aprobar este incremento de salario. Algunos vecinos consideraron que hay otras prioridades para el pueblo de Manacor. La manifestación había sido convocada a través de las redes sociales.

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El alcalde llegaba poco antes de las 20 horas al Ajuntament y fue recibido por los manifestantes con ruidosas pitadas. Gritos que se convirtieron en aplausos cuando llegó el exalcalde Miquel Oliver.

Posteriormente, los vecinos subieron a la sala de plenos para presenciar el debate que tenía lugar entorno a la aprobación de esta subida. El público levantó los brazos en el momento de la votación como señal de protesta.

Los partidos de la oposición criticaron esta medida que consideran totalmente «injustificada». Se aprobó con los votos a favor del equipo de gobierno y en contra de la oposición.