Los gatos salvajes representan un problema para los vecinos. | Redacción Digital

TW
23

El Ajuntament de Bunyola ha pedido a los vecinos que no dejen comida en las calles para los gatos salvajes que hay en el municipio, puesto que esto resta efectividad a la campaña que se puso en marcha mediante un convenio de colaboración con la asociación Baldea y la Clínica Veterinaria del municipio.Durante los meses de abril y mayo se puso en marcha la primera fase de la campaña, que consistía en la captura y esterilización de los gatos salvajes. Aunque esta fase no ha concluido, ya se llevan esterilizados 92 especímenes. Tras ello, se les deja ir en libertad, pero se establecen unos lugares determinados para que puedan alimentarse que no se encuentren dentro de la zona urbana del municipio.

Los felinos salvajes que se sueltan, según el Ajuntament, se encuentran en perfecto estado de salud, puesto que han pasado por las expertas manos de especialistas en estos animales tras su captura para su esterilización. Los organizadores de la campaña agradecen también la labor realizada por un grupo de voluntarios para la captura de los gatos. Estos voluntarios son los únicos que cuentan con la debida autorización municipal para llevar a cabo el control y la alimentación de los felinos. El Consistorio, a través de la regidora de Salut, Benestar Social i Gent Gran, Sandra Llop, recuerda que existe una ordenanza municipal que prohíbe dar comida a los gatos y que quien lo haga puede ser multado por ello.

En una segunda fase se contempla la esterilización de los gatos domésticos. El Consistorio hace un llamamiento a los propietarios de los felinos que aun no están esterilizados. Para ello se está llevando a cabo una campaña durante este mes de julio con la colaboración de la Clínica Veterinaria mediante la que se ofrece a los vecinos un descuento del 25 por ciento en el tratamiento de esterilización con la implantación del chip.

Al tener el municipio la recogida selectiva puerta a puerta, las colonias de felinos ocasionaban molestias, especialmente en los días de recogida de la fracción orgánica, al romper las bolsas y rebuscar entre el contenido de los residuos desechos para alimentarse.