La estación de transferencia de residuos de Alcúdia entró en funcionamiento en el año 1995. | Elena Ballestero

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A partir del 31 de mayo la responsabilidad de la recogida selectiva de residuos recaerá directamente sobre los ayuntamientos. Aunque legalmente se trata de una competencia exclusiva de los municipios, el Consell ha suplido su trabajo durante años (salvo en Palma y Calvià) como una medida para intentar impulsar las políticas del reciclaje en Mallorca. Ahora considera que los ayuntamientos ya están suficientemente maduros y les traspasa la responsabilidad. Fruto de este cambio empiezan a surgir los primeros conflictos.

Existen cinco estaciones de transferencia (Alcúdia, Binissalem, Campos, Manacor y Calvià) en las que se concentran los residuos de los municipios de sus respectivas áreas de influencia. En estas instalaciones se compactan las distintas fracciones (envases, papel, vidrio...) y Tirme asume desde allí su traslado a las plantas de tratamiento mediante camiones de elevada capacidad. Se consigue así un doble objetivo: medioambiental y económico. De una parte, el uso de camiones de gran capacidad reduce las emisiones de dióxido de carbono y de otra los ayuntamientos se ahorran el coste que tendría el transporte de las fracciones a Palma o Marratxí.

Cada vez son más los municipios que abordan el reciclaje de la fracción orgánica, prevista desde 2006 en el Plan Sectorial de Residuos que se ha venido incumpliendo este tiempo. Las estaciones de transferencia comarcales no están preparadas para recogerla. Así, todos los municipios deben asumir el coste del transporte hasta la única planta de metanización preparada, la de Marratxí. Los municipios solicitan al Consell que habilite infraestructuras comarcales capaces de asumir la orgánica o, en su defecto, una línea de ayudas que subvencione el transporte.