Imagen de la prueba realizada el pasado domingo durante casi todo el día y que obligó al cierre de la carretera del Puig Major.

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Un nuevo cierre de la carretera del Puig Major, el domingo, para la celebración de una prueba automovilística, en este caso la segunda edición de la subida al Puig Major Revival, ha ocasionado muchas quejas entre los numerosos propietarios de olivares de Sóller y Fornalutx que acceden a sus fincas por esta carretera y que suelen aprovechar los fines de semana para las labores propias de la temporada olivarera.

En este caso, la carretera estuvo cortada desde la 7’30 de la mañana hasta las 18’30 de la tarde, y ya es la segunda prueba que se ha realizado en los últimos meses. Aunque se abrió durante intervalos para que algunos coches particulares pudieran circular, la mayoría de los afectados se quejan de información insuficiente, ya que aseguran que se enteran de los cierres programados por unos carteles que los organizadores colocan al principio de la vía y que «para leer lo que dicen no queda más remedio que parar el coche».

Pero, sobre todo, consideran que esta temporada «es la peor del año para realizar pruebas en esta parte de la Serra de Tramuntana debido a que es plena temporada de la recogida de la aceituna». La inmensa mayoría de los propietarios solamente se pueden dedicar a ello los fines de semana.